1. Lujuria en la reunión familiar (3)


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... silencio. Ambos desnudos. Le dije que mejor habláramos en otro momento. Me metí en el baño para lavarme los genitales bajo la ducha. Ella me dijo que no me demorara, que ella entraría luego.
    
    Y de hecho no tardé nada, pero Rosina se metió en el baño igual. Seguía como dios la trajo al mundo. Vi la pequeña mata de vello castaño en su pubis.
    
    Se arrimó a mí. yo me aparté. El agua tibia cayó sobre su trasero.
    
    —¿Otra provocación? —le dije—. Solo querés una nueva excusa para criticarme.
    
    —No, no es eso —dijo ella—. Gracias por cuidarme. Si no fuera por vos, esos dos me hubieran violado.
    
    —No creo —dije yo, aprovechando el momento para disfrutar de su desnudez—. Además, ¿qué iba a poder hacer yo con esas dos bestias? Me hubieran cogido a mí también —bromeé.
    
    Ella rio, y esa risa me llenó el alma de una manera que no hubiera imaginado.
    
    —No sé cómo les voy a ver las caras mañana —comentó.
    
    Agarró el jabón, y empezó a frotarlo en su trasero.
    
    —No hiciste nada muy diferente a lo que hicimos nosotros. Así que en todo caso ninguno podría verse a la cara. Y te aseguro que ellos sí te van a mirar. Aunque más que la cara, el culo.
    
    Ella rio de nuevo. Sus movimientos eran lentos, como si tuviese que concentrarse mucho en hacerlos. Eso me recordó que seguía borracha. Entonces cerró la llave de agua y agarró la toalla.
    
    —¿Me vas a coger? —me preguntó.
    
    Era una oferta más que tentadora. Una hermosa chica de dieciocho años denuda, portadora del que probablemente era el ...
    ... mejor culo que había visto en mi vida, preguntándome si me la iba a coger. Pero también recordé que se había puesto a llorar.
    
    —Creo que ambos sabemos que es mejor que no —dije. A pesar de que también estaba ebrio, mi cabeza funcionaba lo mejor que podía dadas las circunstancias—. Pero si me lo preguntás de nuevo estando sobria, no te voy a perdonar, así que cuidado con lo que preguntás.
    
    Ella se envolvió con la toalla y se fue a su cuarto, sin decir nada. Era difícil estar en el cuarto de al lado, con tanta tensión sexual entre nosotros. Pero si ella hubiera querido que tuviéramos sexo, lo habría manifestado, en lugar de preguntármelo.
    
    Cuando estuve lo suficientemente cansado como para dormir, me dio sed. Bajé a la cocina. La luz estaba encendida. Me pregunté con quién me encontraría. Y entonces recordé a Zoe. Mi joven tía. Mi hermosa tía. Esa chica misteriosa a la que me había cogido hacia tres meses. Sin habérmelo propuesto, había hecho cornudo a tío Julio. Y la verdad era que no me arrepentía en absoluto de haberlo hecho. Incluso ahora, ya sabiendo que se trataba de mi tía, dudaba de que pudiera contenerme si tuviera la oportunidad. Lo que no quitaba que mi sintiera indignado.
    
    Suspiré hondo, sabiendo que la posibilidad de encontrarme con ella a solas, si bien era pequeña, existía. La masturbación grupal con mis primos había sido lo suficientemente inusual como para que me olvidara por un rato de la increíble casualidad de encontrarme con Zoe, en la casa de campo ...
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