La Feria Medieval - El Museo 2 - Relatos Eróticos

La Feria Medieval - El Museo 2

... y con una de las nuevas esclavas que escojas.”

A pesar de la frustración por no haber podido llegar al orgasmo, sonrío ante la perspectiva de poder follarme de nuevo a Lorena, de disfrutar de su cuerpo y cumplir todas las fantasías que he tenido durante tanto tiempo. En esos pensamientos estoy, cuando noto como Mike me retira el collar metálico y no puedo evitar llevarme la mano al cuello buscándolo, sé que el collar tan solo es una parte de lo que denota que una mujer es una esclava, el código de barras de mi espalda y la marca de la Feria en mi pubis siguen siendo muestra suficiente de que soy una esclava, marcas permanentes e imborrables que nunca me permitirán volver a llevar una vida normal.

Mike no solo me ha esclavizado, no solo lleva obligándome a chuparle la polla todas las mañanas, masturbándome luego hasta llevarme al borde del orgasmo sin dejar que me corra durante estos quince días, además ahora ha decidido utilizar mi parte de lesbiana dominante para que convenza a jóvenes visitantes a la Feria de probar los aparatos, quiere que juegue con ellas mientras descienden a la esclavitud, a cambio de luego follármelas y llegar al ansiado orgasmo.

Casi llego al orgasmo con ese placentero pensamiento, y la sonrisa en el rostro de Mike me demuestra que sabe lo que estoy pensando. Me visto con el traje de campesina que voy a llevar a partir de ahora, y saliendo de nuestra cabaña comenzamos a caminar como si fuésemos una pareja normal en dirección al edificio de ...

... madera donde han reconstruido el museo.

A pesar de ser un día nublado me cubro los ojos con las manos, no he salido de la cabaña en todo este tiempo, y la luz me molesta, aunque no tardo en bajar las manos y observar con atención todo lo que ocurre a mi alrededor.

De las seis amigas solo Alice había visitado la Feria Medieval antes, el resto o no nos atrevimos a hacerlo, o simplemente nos conformamos con visitar el museo para seguir avivando nuestras fantasías, ahora es nuestro hogar para los próximos años.

Entramos en el edificio y enseguida me doy cuenta de que es un espacio mucho más grande que el antiguo museo, además en vez de estar repartido en salas pequeñas, es un espacio mucho más abierto lo que permite que el número de aparatos se haya multiplicado por tres, además de haber otros aparatos que no estaban en el museo, dándole un aspecto mucho más amenazante y aterrador.

Por supuesto hay varias salas para espectáculos privados y con aparatos que pueden asustar a los visitantes. A pesar de haber cerca de un centenar de aparatos repartidos por todo el espacio, al ser el primer día de apertura del nuevo edificio, tan solo hay una docena de esclavas colocadas, aunque estoy segura de que antes de que llegue la noche no quedarán demasiados huecos libres.

Enseguida recorro todo el enorme espacio buscando a mis amigas y no tardo en encontrarlas, Mike las ha colocado de forma que van a ver cumplidas todos los días sus más oscuras fantasías.

Estela está expuesta ...