La Feria Medieval - El Museo 2 - Relatos Eróticos

La Feria Medieval - El Museo 2

... acerco a la celda de Denise y bloqueo el acceso para los asistentes, no quiero que nadie entre a follársela y asuste a mi presa. Me coloco detrás de ella, y agarrándola por la cintura la atraigo hacia mi cuerpo, llevando mi mano al interior de su blusa, agarrando una de sus pequeñas tetas.

“Te gustaría estar en su lugar;” le digo jugando con mis dedos con uno de sus pezones.

La joven se asusta al notar el contacto, aunque se relaja en cuanto se da cuenta de que soy una mujer.

“No soy una esclava, y no me gustan los hombres;” me contesta respondiendo a mi toque con unos ligeros gemidos. “Además me moriría de vergüenza si alguien me viese así.”

“Nadie sabría que eras tú;” le digo cogiendo una de las capuchas de la mesa para enseñársela, dejando que la sostenga entre las manos.

“Póntela y entra dentro, no tendrás que hacer nada que no quieras;” le digo. “Tal vez chupar un par de pollas;” añado metiendo mi mano entre su falda hasta su coño ya empapado.

Sin dejar que la joven me conteste, le recojo el pelo en una coleta y quitándola las gafas comienzo a ponerla la capucha, dejando que su imagen se refleje en un espejo colocado entre las celdas.

“Ves, nadie sabrá que eres tú;” le digo sacando mis dedos de su coño, llevándolos a su boca para que me los limpie, devolviéndolo de inmediato a su coño para que su excitación le impida ser consciente de lo que ocurre.

“Yo entraré contigo;” le comento abriendo la puerta de la celda empujándola dentro, desnudándola ...

... sin dejar de jugar con su coño.

Una vez desnuda continúo masturbándola hasta llevarla al orgasmo, sin dejar que se recupere del clímax la obligo a arrodillarse delante de los barrotes, al momento tres pollas están delante nuestro esperando que las prestemos atención.

Sujetando su cabeza con la mano, la llevo hacia una de las pollas, susurrándole instrucciones al oído. La joven abre la boca y comienza a lamer el trozo de carne, pasando su lengua por toda la longitud, siguiendo perfectamente mis indicaciones.

Me arrodillo a su lado para que se fije en mí y comienzo a llevarme de forma alternativa las otras dos pollas, tragándomelas casi por completo, sonriendo al ver la cara de sorpresa de la joven.

Aunque apenas es capaz de llevarse la mitad de la polla que tiene delante, resulta suficiente para el chico, que con un fuerte gruñido comienza a correrse en la boca de la joven que incapaz de tragárselo todo empieza a toser y a manchar su cuerpo con restos de semen. Al momento las dos pollas que yo estoy chupando comienzan a correrse, aunque las saco de mi boca y las dirijo a la cara de la joven.

Mientras la joven recibe las corridas de los tres chicos, cierro un collar metálico alrededor de su cuello y lo engancho con una cadena corta a los barrotes para que no pueda levantarse de la posición en que se encuentra. Recojo su ropa antes de salir y veo como la joven me mira cuando cierro la puerta de la celda dejándola encerrada dentro, sin ser todavía consciente de lo ...