El cuarto prohibido de mamá - 04
Fecha: 21/03/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Barbara Lopez Rucci, Fuente: TodoRelatos
... colores demasiado llamativos para los gustos de Beatriz.
—Bueno, ahora toca mi regalo, supongo.
Julián la acompañó al interior del local, y tomó asiento en uno de los pequeños sillones mientras su madre se dedicaba a lo suyo. El asesoramiento de las malhumoradas empleadas fue rechazado, y ella iba de un lado al otro, revisando los interminables percheros que recorrían cada pared. Más que unas cuantas prendas ya habían sido escogidas y, tras pedir autorización, Beatriz se dirigió a los probadores.
Se tardaba bastante. Tanto que en un momento Julián pensó en acercarse, decepcionado tras la tonta ilusión de ser llamado para dar su visto bueno a cada prenda. Habían pasado quizá cinco minutos, cuando ella salió y se dirigió al mostrador para afirmar en voz alta que se lo llevaría todo.
Con el pasar de los días, hasta Julián confesaba sorprenderse de si mismo. Esperaba que, tras haber escuchado a su madre gemir, tras verla desnuda en el baño o lamer los fluidos de su vagina, excitarse sería cada vez más difícil. Sin embargo, el solo hecho de imaginarla vestida con ese bikini rojo despertó a su pene, que se puso duro de inmediato; ni siquiera le había dado oportunidad de distraerse con cualquier tontería en su celular para evitarlo. Estaba rodeado, justo en el centro del local, y no tenía oportunidad de acomodarse siguiera para que la erección fuese disimulada. Y al caminar de salida, solo agachaba la cabeza cada vez que alguien pasaba frente a ellos.
Contaba los ...
... segundos, los minutos y las horas para que el día siguiente llegara. No tenía mucho que esperar, pero al menos parecía que serían varias horas en las que podría ver sin pudor e interrupciones ese cuerpo que añoraba. Creía que iba a tener que esperar cuando la noche llegó, sin embargo, el llamado de su madre, una vez más desde su cuarto, lo hizo notar el error.
Frente al espejo que reflejaba la cama, Beatriz se miraba de frente y de lado, con su trasero ni grande ni pequeño, no elevado ni caído, apuntando a la puerta. Julián lo vio desde casi la entrada, separado con el bikini rojo que se le introducía de la forma en que él deseaba introducir la lengua. La carne sobresalía un poco sobre el elástico, al igual que cedía ante la presión del sostén del mismo color que cubría sus pechos. Beatriz no hizo nada hasta que Julián se detuvo, tan cerca como para poder darle una cachetada en las nalgas si se atrevía. Entonces volteó, y dejó ver que no solo muchos vellos oscuros se escapaban fuera de la tela roja, sino que sus labios privados casi devoraban la prenda sin dejarla escapar.
Por un momento, Julián tuvo el impulso de tocarse el pene, al menos por encima del pantalón, pero un breve momento de lucidez lo llevó a evitarlo.
—¿Está bien no? —preguntó Beatriz y, tras ver que Julián tomaba asiento, volvió a verse de frente en el espejo.
Julián tragó saliva. La vio desde los pies de uñas pintadas, pasando por cada detalle de sus piernas, las nalgas y la espalda que Beatriz ...