Konosuba: Dios bendiga las perversiones - 4 - Relatos Eróticos

Konosuba: Dios bendiga las perversiones - 4

Era bastante claro que en ese preciso momento, Kazuma Sato no se encontraba en su mansión a las afueras de la ciudad de Axel, sino en un lugar machismo más elegante.

Si bien había una cama, lo que delataba ese lugar como una habitación, la verdad era que era más apropiado llamarla como un pequeño departamento, pues había una gran sala, un baño que casi podría pasar por un baño termal y hasta una mini cocina tenía.

—La alta nobleza sí que sabe cómo vivir, ¿eh? No como nosotros que nos tenemos que partir el lomo por tener algo de buena vida.

Dijo Kazuma mientras recordaba sus humildes inicios en ese mundo, durmiendo en un establo junto con la inútil de Aqua.

En ese momento se encontraban en la ciudad capital del reino de Belzerg, en una visita muy especial. Luego de sus últimas capturas y de haberlas follado durante toda la noche, Kazuma había decidido seguir expandiendo su creciente harem, pero luego de haber capturado a mujeres que se podían considerar miembros bastante normalitos de la sociedad, pensó: ¿por qué no apuntar más alto yendo por alguien de clase social alta? Sí, tenía en su poder ahora a dos diosas, pero siendo sincero, en ese mundo ellas pasaban más bien como personas promedio (Aqua más a fuerzas que de ganas) y por lo tanto, no era como si ayudara a aumentar su ego.

Por eso, pronto a su mentecilla perversa no pensó en recordar quizás a la mujer más influyente que conocía, no solo de las que conocía, sino también de todo el país: la princesa ...

... Belzerg Stylish Sword Iris, o mejor conocida por ellos Irene como prefería que le llamaran al haberla conocida cuando iban de incognito.

Cuando habían conocido a la princesa ella era tan solo una mocosa, pero ahora que habían pasado los años, de seguro ya sería toda una señorita hecha y derecha a la que muy Kazuma estaba bastante seguro de que sí valdría la pena verla sin ropa y toquetear todos esas curvas reales.

Habiendo decidido su siguiente blanco, mandó un mensaje al palacio real anunciando que iría de paseo por allá a visitar a su vieja amiga y después, procedió a hacer los planes para su viaje.

No obstante, había un tema para la situación de sus acompañantes: ahora tenía muchas esclavas. Sí, viajar con todas ellas sería lo mejor, pues sexo no le faltaría, pero viéndolo por el lado práctico… sería muy pesado viajar con todas ellas, no solo porque habría que coordinar a todas sus esclavas, sino porque además, habría que cubrir los gastos de todas ellas. Y sí, gracias a su estatus de “héroe legendario”, tenía una gran cantidad de dinero, pero como alguna vez había escuchado a alguien decir: no te haces rico gastando el dinero a lo bruto.

Con eso en mente, Kazuma había decidido tratar a sus esclavas como equipaje y había decidido “viajar ligero”, así que para ese viaje, solo llevaría a una de sus mujeres como acompañante, ahora la duda era: ¿a quién se llevaría?

En lugar de elegirlo de una manera aburrida como basarse en sus gustos personales, decidió hacer la ...