Konosuba: Dios bendiga las perversiones - 4
Fecha: 26/03/2025,
Categorías:
Control Mental,
Autor: Charlie Steele, Fuente: TodoRelatos
... la que él la identificaba.
Belzerg Stylish Sword Iris, la princesa del reino de Belzerg, entró corriendo a la habitación y abrazó a sus dos invitados, mientras que Kazuma la miraba con algo de sorpresa.
Era una chica muy bella, tal y como se esperaría de una princesa. De largo cabello rubio que llevaba atado en una trenza que salía de su sien derecha, con unos preciosos ojos de color azul celeste y una piel rosada.
Sin embargo, lo que más llamaba la atención de Kazuma eran sus pechos: A través del contacto que sentía con ese abrazo, se podía dar cuenta de que los pechos de la princesa, si bien no tan grandes como los de Darkness, si eran de un tamaño considerable. Al parecer, la naturaleza había sido más generosa con la princesa que con Megumin, que según lo que recordaba, solían estar igual de planas.
Una vez que los saludos iníciales terminaron, Iris tomó asiento en el sofá enfrente del que Kazuma y Darkness ocupaban, separados solo por una pequeña mesa donde todavía descansaban el té y los bocadillos de la tarde, y preguntó:
—Y bueno Kazuma, ¿qué les trae de visita a la capital del reino?
Kazuma, que ya tenía lista su charada, respondió:
—Teníamos algunos asuntos que tratar y aprovechando que estábamos por aquí, decidimos pasar a saludar a una vieja amiga.
—Pues sí que fue una sorpresa verlos por aquí —respondió la chica con una encantadora sonrisa—. ¿Y en dónde está el resto de tu equipo?
—Como el negocio que teníamos que hacer era ...
... relativamente rápido, preferimos viajar ligero y por eso decidí que el miembro menos ruidoso del equipo fuera el único que me acompañara, para hacer esto rápido —explicó Kazuma, contando la verdad a medias.
Iris tenía muchos temas de los cuales charlar con sus viejos amigos, pero en ese momento algo le llamó la atención: Darkness se había mantenido callada todo ese tiempo, incluso durante el breve momento en que se habían saludo. La paladina solo se encontraba sentada al lado de Kazuma, con una leve sonrisa en los labios, la expresión de su rostro casi vacía y con la espalda recta.
Levantando una ceja, Iris hizo la pregunta obvia:
—Darkness, ¿está todo bien?
Darkness miró a Iris, y aunque mostraba una sonrisa, había algo en ella que no se sentía natural.
—Claro que sí Iris. Me siento muy bien.
La respuesta se había sentido casi se podría decir, robótica.
Comenzando a preocuparse, Iris se dirigió ahora a Kazuma para preguntar:
—Oye Kazuma, ¿está todo bien con Darkness? Está actuando muy raro… bueno, más raro que de costumbre.
Kazuma tuvo que aguantarse las ganas de soltar una carcajada al saber qué ese era el momento que había estado esperando.
—De hecho la condición de Darkness es la razón por la que vinimos hasta acá —explicó Kazuma sin más.
Levantando las cejas, Iris se apuró a preguntar:
—¡¿En serio?! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Puedo ayudar?!
Kazuma no pudo evitar que sus labios se curvearan hacia arriba mientras el delicioso momento se acercaba más y ...