Regalando el culo al mejor amigo de mi novio - Relatos Eróticos

Regalando el culo al mejor amigo de mi novio

... pensamiento cuando mauri se levantó, jadeante, y me pregunto

Estaba pensando, tal vez para poder tener un poco de emoción podríamos intentarlo, por atrás- dijo entre nervioso y algo entrecortado, recuperando el aire, mientras sacaba el objeto misterioso que compró en la farmacia, un bote de lubricante.

Dicha propuesta me agarro por sorpresa, es decir, siento que en algún punto de mi vida me gustaría poder probar el sexo anl, pero, no estaba segura si quería probarlo con él o al menos en ese momento. No sabía qué decirle, no quería decirle que sí, pero tampoco quería decirle que no.

No sé si esté lista, nunca me lo plantee- mentí para ganar un poco de tiempo hasta pensar en una mejor respuesta

Él siguió insistiendo, y yo seguía negando, pero sin dar un no definitivo

Tal vez sea mejor probarlo, pero hoy día no- Dije consiguiendo por lo menos unos días.

Está bien, pero dime cuando- Dijo Mauricio con una ilusión cuál niño en sus ojos

Que sea el siguiente sábado, estará mi casa sola, y podríamos aprovechar- Dije a manera de salir de forma rápida de la situación.

Me parece una fantástica idea- Concluyó Mauri.

Cabe destacar que esa plática tomó el suficiente tiempo como para cortar el rollo, y matar cualquier sentimiento de lujuria si es que en algún momento hubo. Ya pasado un poco más de tiempo, yo estaba yendo a casa, pero antes de partir, me recordó que tendría que llevarme el botecito de lubricante que había comprado. Tiene lógica, si el plan era ...

... hacerlo en mi casa, podría llevarme el botecito anticipadamente.

—-----------------0—-----------------

El día martes, quedé en ir a almorzar con mi novio, pero al encontrarnos venía acompañado de Iván.

Me encontré con Iván en el camino, y le pregunté si quería acompañarnos, así que comeremos los tres- dijo en un tono alegre Mauri

Acepte sin complicación, dando mi mejor cara de indiferencia a la propuesta. Obviamente, me incomodaba tal situación, con los pensamientos que me atormentaban sobre el sexo soporífero con Mauri, sumar un almuerzo con Iván con quien tuve si no es mi cogida una de las mejores. Cabe mencionar que últimamente intentaba evitar al susodicho, ya que me incomodaba, y tal vez nacía un sentimiento de culpa en mí por lo hecho. Durante el almuerzo la charla era amena, y cada vez me sentía más suelta, riendo con los dos y bromeando. Pero eventualmente cruzaba miradas con Iván, y me era imposible no soltar alguna pequeña sonrisa, y lo mismo, por su parte, cada vez que lo sorprendida mirándome notaba cierta risa risueña, como de adolescente. Llegado cierto punto que sentía que las miraditas eran muy obvias, ya dándome miedo de que mauri llegase a notar algo, y sabía que si llegaba a preguntar, me sería difícil mentir.

Bueno, amigos, yo me retiro, tengo pendientes, hasta luego- Se despidió Ivan posterior a que hayamos terminado el almuerzo.

Ya camino a casa me sentía bastante nerviosa, en caso de que Mauri haya visto algo y que vaya a preguntarme, por ...