Caléndula en Oriente
Fecha: 03/04/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos
... servidor. Si lo desean puedo hacer venir a otra chica que los alivie de la calentura. Nati está libre, según me parece recordar.
Pues venga esa Nati o su santa madre, pero que venga pronto - exigió don Hilarión - nos estamos follando encima, como quien dice.
Nati era una muchacha de buen ver, de abundantes carnes pero escasas entendederas. Cuando la trajo Basilé se quedó sorprendida del martirio al que sometían a la otra chica, pero fue ver un par de vergas en estado de erección y abalanzarse sobre ellas a devorarlas con ansia y sacudirlas entre sus grandes mamas para hacer brotar el néctar divino. El turco dejó la correa y desnudó del todo a Nati. Se recreó contemplando sus exuberantes formas, mucho más voluptuosas que las de Caléndula, antes de tumbarla sobre una mesa y proceder a realizar con ella un coíto violento y ruidoso. Nati emitía fuertes berridos bajo las acometidas del Turco. Basilé estaba a punto de contenerlo, pues parecía que estaba matando a la pobre chica con el antiguo suplicio del empalamiento. Sin embargo, acabó su polución y extrajo su enorme verga aún erecta, dejando a Nati derrengada sobre la mesa.
Los cuatro hombres se vaciaron copiosamente en la boca o la vagina de la solícita prostituta. Luego salieron todos de la sala. Antes de partir, el turco se acercó a Caléndula y musitó a su oido “ hasta muy pronto, gatita. No he acabado de jugar contigo todavía”
¿Qué te decía el turco? - preguntó Basilé mientras aplicaba una pomada del recetario ...
... de su nodriza Chloé i muy adecuada para curar latigazos a la maltrecha Caléndula.
Ni lo sé, no le entendì - mintiò ella con soltura.
Espero que Rosita y Samantha no vean este estropicio.
¿No decìas que Rosita habìa autorizado mi castigo? Eres un mentiroso.
Había aconsejado unos azotes, pero ese tío se ha pasado.
Pues podías haberle hecho parar.
No digas sandeces. Te conozco muy bien y veía cómo gozabas, a pesar del dolor, o quizás por él. No tienes remedio, no sé qué 7 hacer contigo.
Has dicho allí que ibas a follarme.
¿Aún tienes ganas? Te has corrido cuatro veces por lo menos.
Pero no es lo mismo. Follando contigo no me corro, pero me satisface más.
¿Que no te corres?¡Ahora verás!
Estaban en la habitación de Basilé, ella desnuda y él con un sucinto calzón que pronto salió volando. Basilé empezó a besar a Caléndula y la hizo subir sobre sus muslos, dejando que su gran pene creciera bajo la vagina de su amada. Sabía que eso la enloquecía de excitación. En efecto, la muchacha sacudió las caderas para encajarse el miembro y se dejó caer sobre él con un suspiro de satisfacción. Sentía la piel inflamada por los golpes, pero la pomada convertía el dolor en un estímulo mucho más
placentero que molesto. Pronto sus gritos desmintieron su exabrupto negacionista del orgasmo.
Caléndula había recuperado su capacidad de goce sexual perdida tras sufrir los experimentos conductistas del doctor Alejo en la Habana. Aquel despiadado científico se adelantó ...