1. El gordo y fuerte señor dueño de un Border Collie 3


    Fecha: 06/04/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Incesto Sexo con Maduras Autor: ssss, Fuente: SexoSinTabues30

    ... montaron buena que acabamos a las 4 de la mañana. Sara y Eduardo se enrrollaron de ante de todos y Sebas se comió a una de las belgas de arriba abajo en el sillón mientras yo seleccionaba la música con otro chico que parecía interesado en mi. Al final, los Erasmus se quedaron a dormir donde pudieron. Estábamos bastante pedo todos.
    
    El viernes por la noche dormí en casa de mis padres. Había quedado a las 10:30 de la mañana del Sábado con el Catedrático en su domicilio. Sara me había pasado sus apuntes en limpio. Los estaba ojeando cuando de repente pensé en como sería el Catedrático. No podía ser joven…todo esto lo borré rápidamente de mi cabeza. Iba a estudiar no a follar.
    
    Al día siguiente al mirar en el google maps la dirección del Catedrático me percaté que coincidía casualmente con la calle donde vivía el señor propietario de Leko. Cuando llegué a la calle me situé en la cafetería donde me solía sentar y tomé referencias visuales. No podía ser. Caminé 250 metros y la dirección coincidía. ¿Sería el Catedrático Ernesto el señor propietario de Leko?
    
    Tragué saliva un par de veces y toqué en el interfono del 4ºA. Me contestó una mujer y le expliqué la situación. Me indicó que subiera ya que me estaban esperando. Era una finca modesta, reformada. El ascensor de los antiguos de dos puertas. Cuando llegó a la cuarta planta abrí las puertas del mismo y la vivienda “A” estaba justo enfrente. Toqué el timbre y enérgicamente se abrió la puerta. Era él y yo me quedé de ...
    ... piedra. “Buenos días” me dijo extendiéndome la mano “¿Nos conocemos?” Continuó…Yo acerté a contestar: “Ssh..sí..usted tiene un Border Collie y un día se me acercó…se llama Leko, no?” Él se quedó paralizado por un instante y al momento reaccionó “Así es! Me sonaba tu cara…pasa, pasa!”. Entré y le estreché la mano una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo. Sentí su poderosa y gruesa mano que apretó la mía con contundencia y firmeza. A pocos metros una mujer nos observaba sonriente. Era guapa y tenía buen tipo. “Esta es mi mujer Lucia” dijo alargando el brazote en dirección hacia ella. “Un placer señora” logré balbucear. Ella se apresuró a decir: “bueno vayan a la biblioteca que tendrán mucho de lo que hablar”. “Sí, te la enseño” me dijo Don Ernesto poniéndome su brazo por encima de mis hombros y empujándome hacia adelante. “¿Qué edad tienes? Me preguntó. “Dieciocho” contesté y a la vez que lo decía el chico algo afeminado que había visto salir del portal paseando a Leko cuando vigilaba sentado en la cafetería, salió de una habitación y se cruzó con nosotros sin saludar y mirándome mal.
    
    Entramos en la biblioteca. Se separó de mi. Iba vestido con un pantalón azul marino clásico, zapatos de cordones negros con tacón bajo, camisa azul marina desabotonada hasta la mitad del torso y rebeca de punto azul marina con botones abierta. La estancia no era grande pero estaba abarrotada de libros. Nos sentamos el uno al lado del otro y le planteé los temas que no controlaba. Mientras hacía un ...
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