1. Compartiendo a su hija. Continuación


    Fecha: 07/04/2025, Categorías: Incesto Intercambios Sexo con Maduras Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... tendrás tiempo para esas cosas….
    
    —¿Cuándo nos casemos, como vosotras? La mayoría de mis amigas ya no son vírgenes, ¡eh!
    
    —¡Oye! Que nosotras también lo hacíamos antes de casarnos, pero es que ahora lo vuestro es demasiado. Tú tampoco eres virgen, claro.
    
    —No, desde hace 5 meses, pero las más pequeñas que yo son todavía peores, son unas guarras porque siempre andan buscando a los mayores.
    
    Mi marido escuchaba divertido y un poco alucinado, la conversación, pero también excitado, porque estaba comprobando con mi sobrina como eran ahora las niñas de su edad, a las que él tanto deseaba, por lo que intenté calmar un poco a Lourdes:
    
    —Bueno, pues aquí tranquilita, ¡eh!, que le tengo que contar a tu madre todo lo que haces….
    
    —Pues vaya rollo. ¿Tú también eres como mi madre?
    
    —Nosotros no tenemos hijos, así que no tenemos mucha experiencia en cómo educaros, pero si tú te portas bien, te iré dejando más libre.
    
    Lourdes pareció resignada, porque al menos podría ir a la playa y pasárselo bien sin la mirada censora de su madre, así que al día siguiente fuimos los tres a una que teníamos cerca.
    
    Si a mi marido ya le había impresionado mi sobrina al llegar, cuando se quitó la ropa y se quedó solo con un minúsculo bikini, sus ojos parecían salírsele de las órbitas, pero más todavía cuando ella se quitó la parte de arriba para tomar el sol, por lo que tuve que decirle:
    
    —¿Tu madre te deja hacer top-less?
    
    —Ella no lo sabe, pero cuando voy con mis amigas, siempre lo ...
    ... hacemos.
    
    —Bueno, está bien, pero cuando te vayas a bañar, te pones la parte de arriba —lo que permitió que mi marido se deleitara con sus bonitos pechos mientras estaba tumbada o sentada en la toalla, algo que le tenía bastante nervioso, porque no sabía ni qué hacer ni dónde mirar.
    
    Al poco rato, nos dijo que se iba a dar un paseo por la orilla y a bañarse, si el agua estaba caliente, observándola nosotros desde la distancia como se mojaba los pies , y como se lucía por la orilla mientras algunos hombres se fijaban en ella de forma ostensible, ya que la verdad, mi sobrina tenía un cuerpo precioso, aparte de que ella ya tenía una cierta sensualidad de por sí, por lo que me comentó mi marido:
    
    —Qué buena está tu sobrina. Se la comen con los ojos.
    
    —Anda, que tú también ya la tienes bien comida, jaja —le dije yo con ironía—, pero oye, no te pases con ella, que es mi sobrina y luego le tengo que dar cuentas a mi hermana de lo que pase.
    
    —Bueno, mujer, ¿no la ves lo salida que anda? Si parece que anda buscando pollas a todas horas, madre mía, quien la pillara….
    
    No sé cómo iba a poder contener a mi marido con esta cría en casa, sobre todo si ella también ponía de su parte para calentarlo más, pero para mí también tenía su punto de morbo ver como se desarrollaban los acontecimientos.
    
    Mi marido no se pudo aguantar más y se fue con ella a la orilla, para meterse los dos juntos en el agua, donde empezaron con los típicos juegos de los abrazos, en los que claramente veía ...
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