Cena de negocios 7 - Relatos Eróticos

Cena de negocios 7

... y, desde ese momento, comenzaron un beso que duró varios minutos.

Silvia sacó sus dedos del ano de Nicolás y fue al de Mauricio, mientras, Rodolfo se puso detrás de Nico y, lentamente, le fue metiendo su polla en su culo. De la boca de su hijo salió un largo y profundo gemido, que fue acallado por la boca de su hermano.

Lo hizo con cuidado, quería que lo disfrutara, para de esa forma, el no tuviera inconvenientes en dejarse coger por otros.

Cuando entró del todo, tocando sus testículos contra la piel de su hijo, comenzó un mete y saca despacio.

Nico no daba crédito del gozo que sentía.

Por su parte, Silvia, ya había puesto el lubricante en el ano de Mauricio y metía dos dedos en su ano.

Ambos hijos estaban siendo follados por sus padres.

Silvia entró en una adrenalina que ya conocía. Cuando llegaba a esa instancia, su mente le pedía más y más. Era lo que le sucedió en la empresa de su marido.

Sobre la mesa había una botella de vino blanco, que tenía su pico alargado. La agarró, la refregó en el culo de su hijo y, luego, buscó meter el pico en el ano de Mauri.

Él se abrió más de piernas y paró su cola. Ya sabía cómo hacerlo. Al mismo tiempo, su madre lo masturbaba.

"Amor, coge bien a tu hijo, métesela toda, y empuja fuerte".

Cuando su marido salió del culo de Nico y fue hacia Mauri, Silvia sacó la botella, la dejó sobre la mesa y se sentó, con las piernas completamente abiertas, delante de la cara de Nicolás.

"Chúpame la concha hijo, mete ...

... toda tu lengua".

La calentura de Silvia siguió en aumento. Tomó la cara de su hijo y refregó su vagina en ella. La cara de Nico brillaba del flujo que su mamá iba dejando en su cara.

Se agachó y lamió por todos lados. Lo besaba y buscaba su lengua. Luego empujaba la cara de su hijo nuevamente con ella y lo hacía chupar otra vez.

Rodolfo no tuvo tanto cuidado con Mauri. Se la metió de una sola estocada, hasta el fondo, hasta que sus huevos golpearon su culo.

Lo tomó de los hombros para tomar envión en meterla.

La cocina se llenó de gemidos de los dos hermanos.

Si había un concurso sobre cual de los dos gemía más fuerte y ponía su carita con mayor gozo, había un empate.

Sin que sus padres se lo pidieran, buscaron sus bocas, para unirse en otro beso.

Silvia necesitaba que la follaran. Sin dudarlo, agarró la botella que usó antes con su hijo, y la uso a modo de polla. Se unió en el coro que hacían sus hijos con los gemidos.

La metía todo lo que podía y se follaba fuerte. Con la otra mano comenzó a retorcerse los pezones.

"Como me gustaría que estuvieran tus jefes en este momento. Ansío que me follaran entre los cuatro juntos".

Pensó en filmar a sus hijos y enviarle el video a su hermana, pero tenía que soltar la botella y fue más grande el placer que sentía follándose, que el que sentía por enviarle el video. No deseaba soltarla.

Se bajó de la mesa y le pidió a Nicolás

"Ya hijo, métemela en el culo. No aguanto más el sentir que me cogen. Mete ...