Confesiones 3: La roomie
Fecha: 12/04/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Kurosko, Fuente: CuentoRelatos
Mi novia renta un amueblado junto a su amiga. Algunas veces la visito y las cosas se suben de tono en su cuarto, pero nunca me deja que lo hagamos por miedo a que se entere la casera y la corran. Como le queda a unos pasos de la facultad y el precio está muy bien, ha sido la única cosa con la que nunca ha querido tentar su suerte.
Yo vivo del otro lado de la ciudad porque trabajo a las afueras y ella sólo acepta quedarse cuando no le toca ir a clases al día siguiente. Más de una vez hemos visitado algún motel porque ya no aguantamos las ganas y no podemos quedarnos en mi departamento. La amo por ser tan tierna, siempre se pone nerviosa de que nos vean entrando o saliendo, pero bien que le cuenta todo a su roomie.
Ellas se conocieron ahí mismo, pero terminaron haciéndose buenas amigas. A veces nos acompaña a pedas y en general, es una chava alivianada, aunque siempre anda en su pedo. No es raro verla disociarse en un rincón o verla bailar toda rara y de repente, cohibirse al darse cuenta que la están viendo. Mi novia es bajita y un poco redondita, es morena y de cabello corto, usa lentes y a veces se pone de contacto. Su amiga es muy delgada y le saca unos centímetros, pero tampoco es una garrocha, tiene la piel pálida y el cabello teñido de rojo le cae por debajo de los hombros y siempre viste de negro o verde militar. Digo, no es fea, pero la verdad nunca me hubiera fijado en ella.
Un día, después de dejar a mi morra en su salón, me marca para pedirme que le ...
... lleve un fólder con fotos que se le habían olvidado en su cuarto. Eran para su examen y había que llevárselas antes de que terminara la clase, regresé para que me diera la llave y me lancé corriendo. Estaba cerca pero sí eran unos 15 minutos a pie, otros 15 de vuelta y apenas tendríamos margen de 5 minutos antes de que se acabara la clase.
Llegué todo bofeado, entré y fui directo a su cuarto y cuando abrí la puerta, me fui a la mesita a lado de la cama y agarré el fólder. Cuando al fin tuve chance de respirar, me di cuenta. Su roomie estaba acostada en la cama, tenía una mano en la pucha y la otra apretaba la tanga de mi novia en su cara. Me di la vuelta y le pedí perdón sin parar mientras cerraba la puerta tras de mí y salí hasta las escaleras a terminar de agarrar aire. ¿Qué había pasado? Me llegó un mensaje, preguntándome que si ya lo había encontrado, le respondí que sí y volví a lanzarme de vuelta a la facultad.
Casi se me sale el corazón del pecho, pero pude lograrlo. Me tiré al suelo afuera de su salón mientras en mi mente no dejaba de hacerme todo tipo de preguntas. Cuando revisé mi celular, tenía llamadas perdidas y varios mensajes, era la roomie. No leí todos, pero ya me imaginaba lo que decían. Le dije que no iba a contarle a nadie, ella debió haber visto el mensaje porque dejó de mandarme más.
Fue apenas un instante, pero no pude sacarme de la cabeza la idea de que esa tipa estaba en el cuarto de mi novia, dedeándose con su tanga en la cara. Nunca pensé que ...