Secretos de Padre e Hijos 5
Fecha: 12/04/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Incesto
Autor: Hotman, Fuente: SexoSinTabues30
... boca.
David pensaba que me estaba obligando a que se la mamara, pero en realidad yo estaba disfrutando de mamarle la verga, aunque me hacía el tonto haciéndolo creer que no deseaba estar con él, pero tener esa pequeña verga en mi boca, disfrutando de la dureza de ésta, me volvía loco, pero debía controlarme, ya que me descubriría que lo estaba deseando, y es lo último que quería que pensara, pues lo quería hacer creer que me estaba obligando.
David: eres buena putita y la sabes mamar bien, sí que te ha enseñado bien el viejo o ¿cuántos te han enseñado a que seas una perra experta, en mamar vergas? Ven puta te lo has ganado.
David me jaló del cabello, me llevó hasta la sala, me aventó contra el sofá, yo seguía fingiendo que no quería continuar, mientras que él me sujetaba a la “fuerza”, bajó mi pantalón junto con mi ropa interior, dejando mi culo al descubierto, fueron varios intentos los que hizo David para penetrarme y como yo me sacaba en cada intento, hacía que mi culito se dilatara para poder tener ese pequeño trozo de carne dura como el acerró, tras varios intentos, por fin me la metió, di un grito fingiendo dolor, pero lo que en realidad era placer, al sentir como su verga se deslizaba dentro de mí, sintiendo la dureza de ésta.
Me la metió toda, pero fue lento, cuando logró clavarme la verga y podía sentir como entraba, centímetro a centímetro, no podía gemir ya que se daría cuenta que solo estaba fingiendo, que no me gustaba, cuando ya la tenía toda ...
... dentro, me tomó de las caderas y empezó a envestirme, juro que me mordía los labios para no gritar de placer, movía mis caderas intentando sacar su verga, lo que en realidad deseaba que su verga saliera para que me la volviera a meter, lo cual sucedió, yo estaba en un éxtasis de placer que me tenía que callar, me la volvió a meter de un solo empujón, mientras me decía; no saldrás de aquí maldita puta, hasta que me saques toda la leche con el culo o la boca, ya te ensarté, ahora no me dejarás a medias, te haré sufrir, me gusta como gritas pinche puta ofrecida. Mientras más groserías me decía, más deseaba que me embistiera con fuerza.
Ya que, en cada envestida, sentía como su carne dura me picaba en mi interior, me aferraba al sofá con desesperación, pero la desesperación era por aguantar el deseo de gemir. Me tomó fuerte de las caderas y sus envestidas se volvieron más violentas, tanto que empujaba mi cuerpo de frente, en cada envestida que me daba, cada minuto que pasaba, me costaba más aguantar los gemidos, me tapaba la boca mordiendo los cojines del sofá, yo solo le decía; ya por favor David, ya para, déjame ¡ya! Ay me duele déjame, mis gritos lo hicieron que acelerara aún más sus envestidas, podía sentir como su verga se empezó a hinchar y a escupir semen dentro de mí.
Cuando soltó el último chorro de semen, me la sacó y me jaló del cabello, haciéndome que me arrodillara y sin más qué decir, me metió la verga a la boca, me ordenó que se la limpiara, con deleite le mamé la ...