Inesperado encuentro (padre e hija)
Fecha: 13/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
A modo introductorio les cuento.
La influencia que ha generado en mí los efectos de la gran deshumanización de esta sociedad que no es para nada solidaria, me llevo a tener una vida un tanto solitaria. ¿Me podría comparar con algún animal? Si totalmente, algunos de ellos, disfrutan de la compañía de su manada, otros de preferencia, la soledad y la paz con la compañía de sí mismos, este último soy yo, un hibrido entre ser humano y un oso.
Supe ser un tipo alegre, rodeado siempre de bellas muchachas que me brindaban su amor y su cuerpo.
Pero… siempre hay un pero, llego un día que, no sé exactamente cuándo ni dónde, desapareció esa alegría mencionada, llegado al punto que al hacer algún chiste o hacer una broma me decían.
- Que tipo alegre que sos Luis.
- No mi querido amigo, permíteme una corrección, Luis no es un tipo alegre, Luis, es solamente cómico.
Con mis veintidós años, llego una situación que colmo de alegría mi vida, llego a ella, Ana, la mujer más maravillosa que haya conocido ser humano, su figura monumental adornada con los atributos propios de una mujer, dos tetas perfectamente talladas en su pecho que hacían ver mas fina la silueta de su cintura, que finalizaba en un parado, duro y movedizo culo haciendo voltear las miradas a su paso.
Nuestra vida sexual era lo más parecido a la perfección, en broma le decía que habíamos inspirado al Hindú Vatsiaiana para escribir su obra más importante, el Kama Sutra.
Probamos el sexo de todas las formas ...
... posibles, hasta inventando las nuestras. Conocimos todo sobre nosotros dos, olores, sabores, orificios, hasta los lugares más recónditos o accesibles para tocar y hacer estallar nuestra vehemente carrera de sexo inagotable.
Aunque, aún no estábamos preparados, llego ese día que la gran mayoría de las parejas añoran, venia una niña o un niño a nuestra vida, con la consiguiente alegría que eso nos produjo.
El embarazo fue totalmente normal, nosotros seguíamos con nuestras sesiones de sexo, más moderadas, pero no dejamos de disfrutarlo a pleno como era habitual en nosotros.
Llego el día del parto, Ana entro tranquila al quirófano para recibir a Anabela. Al poco tiempo se escuchó el llanto de la nueva vida que había llegado a nuestro hogar. Al ver que se demoraban en salir intentamos preguntar, pero todo el mundo corría como locos, agitados, sudorosos, no había gritos, solo palabras ininteligibles y más corridas; hasta que luego de casi una hora y media salió el Medico, con Anabela en brazos, la cara del profesional no auguraba nada bueno, nos informó que Ana, mi Ana, ya no estaba en este mundo.
Una afección poco frecuente del embarazo, pero que pone en riesgo la vida. Provoco la descomposición de los glóbulos rojos de la sangre. Mi Ana fue quien estuvo dentro de la estadística de mortalidad.
Las primeras semanas fueron duras, pero me las arregle con Anabela, con ayuda de mis suegros y mis padres.
Dicho sea de paso, mis suegros me responsabilizaban a mí de lo ...