1. Inesperado encuentro (padre e hija)


    Fecha: 13/04/2025, Categorías: Incesto Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo lamento, y tu papa.
    
    - Falleció hace tiempo.
    
    - Bueno si querés compañía, ofrezco la mía.
    
    - Pero como no, sí señor, se acepta gracias.
    
    Tomamos un par de copas más, ninguno de los dos había cenado, la invite y fuimos a un restaurante, donde comimos y bebimos en abundancia, muy rápido entramos en confianza, puedo decir… como si nos conociéramos de toda la vida.
    
    Esta demás decir que la invite a mi habitación del hotel.
    
    - No Luis, perdóname pero no, si querés podemos ir a la cabaña en que estoy.
    
    - Bueno, yo no tengo problemas.
    
    Fuimos caminando por la orilla del lago viendo las pequeñas ondas en el agua y como se reflejaba la luz de la luna, nos detuvimos mirándonos frente a frente, confirmando el azul de sus ojos, las bocas muy lentamente se acercaron para sellar ese pacto tácito de sexo que habíamos hecho al invitarnos mutuamente a compartir un espacio en común.
    
    Llegados a la cabaña, sin alcanzar casi a abrir la puerta, retomamos ese beso candente, ardoroso, que nació a la vera del lago. Fuimos así hasta la cama, donde, comenzamos suavemente a despojarnos de la ropa que nos cubría, ambos quedamos totalmente desnudos, en su entrepierna se veían unos vellos rizados muy prolijamente recortados que protegían la brillante vagina. Mi miembro estaba duro y palpitante.
    
    - Déjame a mí y me encargo de calmarlo.
    
    Dijo mientras se sentaba en el borde del lecho introduciéndolo en su boca exquisita de labios finos pero carnosos, elevo sus ojos mirando mi cara, ...
    ... ¿Qué me recordaba esa mirada? Su lengua iba y venía por toda la extensión del pene, que por momentos se perdía casi en su totalidad en el interior, mientras que sacando la lengua, trataba de tocar los testículos, dejaba que saliera y con la mano me masturbaba muy delicadamente.
    
    Le pedí que me dejara a mí ahora, tomándola por los hombros se puso de pie, queriendo retribuirle mi excitación pudo más, elevándola, cruzo sus piernas sobre mis caderas, el pene presuroso se deslizo al interior de la vagina totalmente húmeda. Como en una película, camine hacia la pared apoyando su espalda en ella, sus brazos rodearon mi cuello.
    
    - Ahora si dale duro por favor, lo necesito.
    
    No me hice rogar, y juro, no me la cogí, le hice verdaderamente el amor, hacía rato que no sentía la sensación de hacer el amor, siempre había tenido relaciones para el desfogue y nada más, esta vez era distinto, le hacia el amor. Ella lo presentía, por eso correspondía a la situación.
    
    Al poco tiempo comenzó con gemidos suaves que fueron en aumento junto con la vehemencia de mis embestidas, hasta que esbozo un gemido gutural, largo, sentido, acompañado de un gran suspiro y unas palabras tan dulces que nunca voy a olvidar.
    
    - Acabo Luis, que felicidad me estás dando.
    
    Su vagina se puso más húmeda aun, la deposite en el piso cara a la pared, sus manos se apoyaron en ella, tomo la distancia de sus brazos y puso el culo en pompa, la penetre por detrás, esta vez con más violencia para bombear y disfrutar ...
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