Mamá me pilló haciéndome una paja
Fecha: 19/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: yo mismo, Fuente: TodoRelatos
... papá le había propuesto verme masturbarme.
El móvil volvió a vibrar. Me levanté de la silla y le contesté.
-Mamá. Si tu estás de acuerdo, está bien. Lo haré. Pero que sea lo más cómodo para ambos.
-De acuerdo hijo. ¿Cuándo podrías? -me preguntó como si a ella también le produjera morbo la situación, y quisiera que lo hiciera cuanto antes-. Yo la verdad me había quedado a medias cuando ella me descubrió, y aunque no durara mucho esa primera vez, terminaría pronto y ya no habría más veces.
-Recojamos la mesa. Dame media hora, ¿vale? -le dije con la voz casi temblando, mezcla de nerviosismo y excitación.
-Está bien. Te esperaré. -me contestó mamá casi más nerviosa que yo.
La media hora pasó más rápido o tal vez más lento de lo que hubiera querido, y finalmente me arreglé bien la ropa y entré en mi habitación.
Mamá, previsora en todo, había traído una silla de su habitación y se encontraba sentada en ella, con las piernas cruzadas, esperándome. Su expresión era entre nerviosa y excitada.
-Necesito desnudarme mamá. Al menos de cintura para abajo. -le dije.
-Está bien hijo. ¿Necesitas estimulo? -me preguntó ella.
Era una pregunta que no sabía cómo responder. Si le decía que sí, tendría que sacar el móvil y buscar una foto de una mujer hermosa, la de Lorena no me atrevería a abrirla. Si le decía que no… No sabía qué hacer.
Sin decirle nada, mamá se bajó un poco la blusa dejándome ver sus pechos a través del sujetador.
-No mamá. No es necesario que ...
... lo hagas. -le dije nervioso.
-Todos los hombres necesitáis un estímulo, hijo. ¿No es así? Dime, ¿necesitas ver algo más?
Tragué saliva. Evidentemente ella misma me había puesto en bandeja que le dijera que sí.
-Bueno. Enséñame tus pechos. -le dije envalentonándome-. No es necesario que me los enseñes del todo, solo una parte.
-Ya que estamos hijo. -mamá se levantó y se quitó el sujetador dejándolo sobre la cama.
Saltaron a la vista dos hermosos pechos. Redondos y perfectamente firmes a su edad. No parecían operados pese a que no estaba muy cerca de ella. Los remataban dos pezones puntiagudos con dos areolas de color rosado.
Al verlos enseguida tuve una erección. Me encontraba en una situación extraña. No sabía si mamá pensaría que su hijo se excitaba por verla a ella los pechos, o por ver unos pechos en general.
Entonces ya muy excitado, llevé mi mano derecha a mi pene y comencé a masturbarme. Y si, mirando los pechos de mamá. De vez en cuando miraba a su cara que me miraba como si estuviera haciendo cualquier otra cosa que no fuera masturbarme delante de ella.
La excitación crecía con cada sube y baja que hacía con mi mano. Mi respiración se agitaba cada vez más y más. No paraba de gemir mientras llegaba al borde del orgasmo. Entonces paraba y volvía a seguir.
Después de un rato ya no podía retrasarlo más. Lo había intentado, pero ya no había marcha atrás. Me convulsioné un poco y gemí ahogadamente mientras notaba como el semen subía por el tronco ...