JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 3.
Fecha: 21/04/2025,
Categorías:
Gays
Hetero
Incesto
Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30
Apenas terminé de cerrar la puerta y ya la tenía abrazándome, su cara denotaba las urgencias de una hembra en celo y nuestras bocas se fundieron, era una delicia sentir que sus tetas se aplastaban en mi cuerpo y que mis manos acariciaban y apretaban sus nalgas duras y dispuestas. Apenas si se separó para sacarme el cinturón y bajarme los pantalones no sin antes llevarme hasta la cama para que me sentara en ella y dedicarse a sacarme el bóxer.“Ohh, ¡Cristo Santo, era cierto!”, -exclamó cuando vio emerger mi verga en plenitud. La tocaba, la apretaba y, arrodillándose, se llevó el glande a la cara para lamerlo y metérselo en la boca, me miraba haciéndome saber que estaba gozando con su mamada, la levanté tirándole suavemente de los cabellos y le dije,“dejame desnudarte, esto es de a dos”, obedeció sumisamente y casi que ni la ayudé, quedó parada frente a mí dejándome admirar la plenitud de su desnudez. Sus pezones erectos en medio de unas areolas chicas llamaron a mis labios y me prendí como desesperado haciéndola gemir mientras una de mis manos se perdía en su entrepierna empapada.
“Ayyy papá, ayyy, nunca me pasó así”, -dijo explotando en un orgasmo que, al margen de lo inesperado, la dejó con las piernas temblando, aún temblaba cuando la coloqué invertida en un“69” y metí mi cara entre sus piernas, me hice un festín de hueco jugoso, labios gruesos, clítoris endurecido y de pulgar, previamente lubricado, que se deslizaba en el interior de su culito cerrado.Cynthia no se ...
... esperaba esto o, por lo menos, no con esa intensidad porque no podía dedicarse a mi verga debido a las explosiones de sus orgasmos repetitivos, ruidosos y gimoteantes.“No podés, no podés, esto es increíble, por favor papá, dejame que quiero chupártela”, -decía moviéndose-. Aflojé un poco, pero seguí moviendo mi dedo medio en lo profundo de su culo, no era virgen de allí, pero se notaba apretado para mi dedo y me relamí pensando en cómo me sentiría entrando en lo estrecho de ese conducto.
Mi hija no podía meterse más de media verga en la boca, ni punto de comparación con las mamadas de la madre o incluso de su propio hijo de ocho años y no valía la pena insistir con eso, me incorporé moviéndola y la puse boca arriba, quería ver su cara cuando mi verga la penetrara y, arrodillado frente a su entrepierna, le puse las piernas sobre mis caderas para poder jugar con mi glande en sus huecos descubiertos. Con una mano la“pincelaba”, la otra se ocupaba de acariciar sus tetas duras y sus pezones erectos mientrasCynthia gemía con sonoridad y abría y cerraba los ojos experimentando un montón de sensaciones,“cogeme papá, me estoy muriendo”, -dijo sollozando-. Noté que sus carnes se abrían y que los pliegues de su interior me rozaban todo el tronco, a la vez que su cara era un espectáculo aparte porque tenía los ojos abiertos como el dos de oro y se mordía los labios aguantando el grosor de mi verga que la penetraba despacio y sin escalas.
Decididamente no estaba acostumbrada a algo ...