JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 3.
Fecha: 21/04/2025,
Categorías:
Gays
Hetero
Incesto
Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30
... aunque no pensaba forzar nada y me quedé quieto tapándola con mi cuerpo.“Sacala papá, sacala, la siento hasta en la panza, me late todo con ganas de seguir, pero no puedo más”, -rogó con voz tenue y comencé a salir despacio-. El“plop” fue imposible de disimular y me recosté en un costado escuchándola reír…
El baño fue entre risas, caricias y besos, pero no hubo caso con tratar de levantar al“muerto” y ninguno de los dos insistió. Salimos de allí y nos fuimos al Súper, la mercadería estaba toda preparada y sólo arrimamos la camioneta para que la cargaran. Ya teníamos el mediodía encima, nos habíamos pasado unas tres horas dándole al“bomba-bomba” y necesitábamos recuperar energías con un buen almuerzo.Cynthia me llevó al mejor lugar del pueblo-ciudad y entró colgada de mi brazo, nos acomodaron en un buen sitio y nos dispusimos a disfrutar del aire acondicionado y de una buena porción de pastas caseras. Como ella tenía vista al interior del local, apenas se sentó levantó la mano y saludó a alguien conocido, me intrigó su sonrisa, pero no pregunté de quien se trataba.“Ni que la hubieras llamado”, -acotó-,Graciela, la suegra de mi hija, al ver que su nuera entraba con un hombre al restaurant, se vino de cabeza hasta la mesa y la saludó primero a ella dándome la espalda.
Soltó la risa agradecida por lo que le decía, pero no comentó al respecto, luego tuvimos un almuerzo de lo más ameno hablando de cosas del pueblo, de sus habitantes, de la marcha de sus inversiones o de las ...
... mías, deJuancito al que dijo que iría a ver a la brevedad…
Luego de tomar el café no quiso que la lleváramos a la casa pues dijo que no quedaba lejos y le gustaba caminar después de comer, no insistimos y la saludamos para emprender el regreso.Cynthia iba manejando y esbozaba una sonrisa pícara entre sus labios, la miré como preguntando qué pasaba o pensaba y me comenzó a decir:
Cuando llegamos a la casa mi mujer yJuancito estaban en las reposeras al costado de la pileta disfrutando de los rayos del sol que todavía pegaban fuerte, los saludamos y mi nieto se trepó a mí para llenarme la cara de besos diciendo que me extrañaba y nos ametrallaron contándonos lo que habían hecho durante el día recorriendo parte de las edificaciones, galpones y corrales.Cynthia le contó a la madre que habíamos tardado un tiempo enorme porque le querían cambiar la mercadería,“¿por qué no te la hacés mandar?”, le contestó que antes lo hacía así, pero le mandaban mucha mercadería vencida o de distinta marca a la pedida, por eso prefería elegirla ella. Yo me puse a bajar la mercadería de la camioneta yJuancito me ayudó, allí fue cuando le dije que, en la tarde siguiente, iríamos a la casa de la abuela para salir a tomar un helado,“a mí no me cuentes, prefiero pasarme el día al sol o nadando, nunca sé cuál va a ser el ánimo de mi consuegra”, -dijo mi mujer yCynthia afirmó que se quedaría a acompañarla.
Todo se había solucionado sin haberlo previsto y sin urdir ningún entramado, además no había ...