1. Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (11)


    Fecha: 24/04/2025, Categorías: Incesto Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... desnudos en un continuo roce que entremezclaba sus fluidos con los míos.
    
    Estar dentro de mi hija era la gloria, sentir las paredes de su vientre apretando mi verga hasta el punto de querer estrangularla, experimentar la forma como trataba de permanecer quieta para mitigar el dolor, la manera como se abrazaba de mi cuello y se negaba a dejar de besarme, a apartarse de mi cuerpo mientras la penetraba una y otra vez, gozando de la humedad de su concha y la fragilidad de una mujercita que se había entregado a su padre en cuerpo y alma; sin embargo, con el pasar de los minutos aquellos gemidos se hicieron insuficientes, aquellos lamentos de dolor se hicieron monótonos y sentí la necesidad de más, de escuchar gritos descomunales, de hacerla gemir y llorar de una forma tan intensa que la llevara al borde de la inconsciencia.
    
    Sí, era un pensamiento perverso y desconsiderado, pero aun así quería llevar a cabo mi deseo, quería obsequiarme la satisfacción de ver a mi hija retorciéndose bajo el poder de mi fuerza y ver la impotencia que se reflejara en sus ojos ante mi dominio.
    
    Tomé a mi nena por las muñecas y las coloqué sobre su cabeza, cerrando mis manos a su alrededor para inmovilizarlas, moviendo mis caderas con mayor energía, cada vez más rápido, cada vez de una forma más brutal. Ella se retorcía debajo de mí, sus piernas ya no abrazaban a las mías y parecía como si quisiera escapar, pero la tenía bien sujetada y estaba disfrutando demasiado de verla sufrir como para ...
    ... dejarla libre, después de la forma como se había comportado durante semanas, después de haberme causado tantos problemas y tantas noches de intranquilidad en mi cama.
    
    - ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Más despacio, papi! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Papito, por favor! ¡Me lastimas! ¡Ahhh! - suplicó sin que ello me hiciera retroceder, sin que con ello dejara de cumplir la perversa fantasía de castigar a mi hija por su mal comportamiento.
    
    - ¡Lo haces muy bien, amor! ¡Lo haces de maravilla! ¡Resiste, cariño! ¡Pronto dejará de doler! - dije con los ojos cerrados, una sonrisa en mis labios y la voz cargada de indiferencia, escuchando y disfrutando el hermoso sonido de nuestros cuerpos colisionando una y otra vez, mezclándose con los gemidos de mi hija, con el ruido de su llanto y la forma como sollozaba hasta que mis embestidas se hicieron aún más brutales, sacudiendo violentamente el cuerpo de Adahí, haciendo que incluso su voz se sofocara por sí misma hasta detenerme en el fondo de su vagina y experimentar cómo me vaciaba dentro de mi mujercita, cómo me abrazaba con piernas y brazos en cuanto liberé sus muñecas, con tanta fuerza que me lastimaba un poco, expresando su necesidad de sentirme cerca, de sentir mi calor impregnando todo su cuerpo.
    
    Tras el orgasmo más intenso que había experimentado en toda mi vida, la calma tardó mucho tiempo en llegar sin que abandonara el cuerpo de mi hija. Besaba su frente, sus mejillas y sus labios, acariciaba su pelo mientras le decía lo bien que lo había ...