El reconocimiento médico - Relatos Eróticos

El reconocimiento médico

Para los nuevos lectores, soy un joven de 27 años que cuenta sus experiencias y sus fantasías. Esta vez les voy a contar un relato corto mezcla entre realidad y ficción que espero disfrutéis tanto como yo escribiéndola.

Como cada año que empieza, en la empresa nos ofrecen hacernos el reconocimiento médico laboral. Es un proceso bastante estándar, análisis de sangre y orina, revisión de la vista y el oído y si tienes suerte y el técnico encargado tiene ganas de trabajar, te revisan cualquier dolencia que pueda acarrearte el trabajo. En mi caso, al ser en una oficina, como mucho es dolor de cuello y espalda por la posición estática en la que estamos. Normalmente la clínica a la que íbamos estaba alejada de la oficina y perdíamos bastante tiempo en llegar, por lo que este año decidieron cambiar a una más cercana para poder ir desde la oficina y volver sin perder mucho día de trabajo.

Llegó el día de mi cita. En la sala de espera había varios compañeros de trabajo y gente de otras empresas que iban a lo mismo. Primero llamaban para recoger la orina y sacar sangre, luego tenías que esperar un poco hasta que te llamaran para la revisión de la vista y el oído, y finalmente, te pasaban a otra sala de espera para ir a la consulta del médico que te hacía una serie de preguntas rutinarias sobre hábitos en el trabajo y en tu vida personal.

Ya en la última sala de espera, el médico salía cada tres pacientes para informar el orden de entrada a la consulta. Era un hombre de ...

... unos 35 años, rubio de pelo corto, de estatura media y bastante guapo. Mientras me hacía las preguntas parecía majo y cercano, incluso hicimos varias bromas referidas al trabajo. Tras el cuestionario tocaba la inspección física. Me pidió que me quitara la camiseta y fue tocando en diferentes puntos por si sentía alguna molestia, todo parecía estar en orden.

Aprovechando que estaba con un médico, le quise preguntar sobre un tema personal. Llevaba algún tiempo que al mantener relaciones sexuales sufría un pequeño sangrado anal, no me preocupaba demasiado porque no me producía dolor, pero no era cómodo. Noté en su mirada sorpresa, me hizo varias preguntas para indagar más en el tema y poder sacar una conclusión. Finalmente, me preguntó si yo notaba alguna fisura o bultito en el recto, y ante mi negativa me preguntó si podía realizarme un tacto rectal. Yo accedí, al fin y al cabo, él era médico y podía saber mejor que yo. Me coloqué en la posición que me dijo, masajeó mi ano con un poco de lubricante para relajar la zona, e introdujo su dedo. Palpó por dentro todos los rincones haciendo movimientos circulares, y tras unos segundos lo sacó y me dijo que no notaba nada raro, no había de qué preocuparse. Al levantarme de la camilla, él se estaba lavando las manos y pude ver un sospechoso bulto en sus pantalones, no parecía una erección, tal vez la tenía grande y yo no me había fijado antes o tal vez se le estaba empezando a poner dura. Yo no le di mayor importancia y me fui de la ...