1. Mi primera vez con una mamá del prescolar


    Fecha: 28/04/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Ero Relatos, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía tan en cuenta.
    
    El trayecto fue corto. Ingresamos a mi casa, mi marido volvería a la noche.
    
    - Ponte cómoda, siéntete como en casa – le dije, mientras iba a la cocina a preparar café.
    
    Al regresar al living, Victoria se había quitado la campera, el suéter y llevaba, como de costumbre, una sudadera corta que apenas le tapaba el busto, dejando ver su piercing y su pálido vientre. Estaba mirando con interés los cuadros sobre la chimenea.
    
    - Hacen una hermosa pareja – me dijo, mirando una foto de mi boda. – Los dos son muy sexys – bromeó. Yo reí nerviosa. No era una mujer celosa, pero Victoria sabía cómo hacerme poner incómoda.
    
    Tomamos café, hablamos de crianza, de nuestras hijas, de la escuela, de otras madres. Victoria no tenía esposo, estaba criando a la niña sola.
    
    - Mejor así – dijo. - Puedo vivir con total libertad y hacer lo que me plazca. Hasta dormir desnuda sin que nadie me moleste… o estar lista para que cualquiera lo haga – volvió a bromear. Sonreí incómoda.
    
    - Yo nunca, no… es decir, mi marido fue mi primer novio y… bueno. Yo duermo con pijama – dije, como una estúpida. Victoria río fuerte.
    
    - Deberías probarlo. Se duerme bien. Aparte no creo que tengas nada que ocultar o avergonzarte. Eres bellísima – dijo, apoyando la taza de café sobre el plato y mirándome de arriba hacia abajo. Un calor, que no tenía nada que ver con la infusión, invadió mi cuerpo.
    
    - Gracias – respondí con un hilo de voz. Victoria volvió a reír.
    
    - ¡No me tengas ...
    ... miedo! – dijo, con una risotada.
    
    Sonreí tímidamente. Victoria se incorporó y comenzó a levantar las dos tazas y el platito de galletas que habíamos compartido, consciente del momento incómodo que me había hecho pasar. Me quedé sentada en la mesa, mirando un punto fijo y ese punto fijo era la foto de mi boda, que minutos antes ella había observado.
    
    ¿Qué me pasaba? Siempre fui tímida, me costaba mucho involucrarme con las personas, pero nunca me había pasado esta situación. Una mezcla entre timidez, sentirme turbada, pero al mismo tiempo con el corazón acelerado que nada tenía que ver con mi incomodidad.
    
    La respuesta vino a mi mente y me golpeó como un rayo. Deseo. ¿Será? No, no podía ser. Jamás me había fijado, ni gustado, ninguna mujer. Siempre me encantaron los hombres. Disfrutaba muchísimo el sexo con mi marido. Sentir su miembro dentro mío, las embestidas, sentir el sabor de su semen en mi boca. Me ruboricé. Mis pensamientos habían ido demasiado lejos.
    
    - Ya lavé tod… ¿te sientes bien? ¿quieres que me vaya? – Victoria interrumpió mis pensamientos.
    
    - No, estoy bien… el café… voy al baño – dije.
    
    Llegué al baño y me miré al espejo, estaba roja y sudada. Qué vergüenza, qué estúpida que era. Me mojé el rostro y salí.
    
    - ¿Estás bien? – volvió a insistir Victoria, que se había quedado esperando en la puerta del baño.
    
    - Sí. Tenemos muchas horas por delante, ¿vemos algo en Netflix? – propuse. Victoria sonrió y asintió.
    
    Nos sentamos en el sillón y elegimos una ...
«1234...»