4 a.m
Fecha: 30/04/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Altais, Fuente: TodoRelatos
... voy.
– Que guapa es mi niña. Desnúdate para papi –me dice con la voz ronca.
Da marcha atrás separando nuestros cuerpos y su ausencia me inquieta, se levanta y enciende la luz, una notable erección ya se dibuja en su pantalón de chándal. Mientras posiciona la cámara y comienza a grabar, me lanza una traviesa sonrisa. Ha este paso necesitaremos un disco duro externo para almacenar la ingesta cantidad de nuestros polvos. Es un guarro, que tiende a verlos con demasiada frecuencia, soy su porno favorito, en parte saber que me desnudo solo para él y que solo él puede grabarme o fotografiarme le da una sensación de triunfo que lo exalta.
Hay noches donde le seduzco y juego con mi desnudez, o que uso alguna lencería para provocarle, pero en ese momento el deseo puede sobre mí. Lanzo por los aires su camisa que va a parar a cualquier parte de la habitación. Arrastra una silla y se sienta al borde de la cama, sobándose el paquete sin apartar la vista de mi cuerpo. Ha asumido el papel de espectador. Sus ojos se pasean por las diversas P que he trazado sobre mis pechos y abdomen.
– ¿Todo eso es para mí?
– Sí papi –asiento sonrojada.
– Es mío, tu cuerpo es mío –afirma con satisfacción.
– Lo es –le regalo una tímida sonrisa mientras bajo mis braguitas.
Me acomodo en el respaldo de la cama y abro mis piernas, lo máximo posible. Nuestros ojos están conectados. Llevo una de mis manos a mi coño y con mis dedos índice y corazón separo mi abertura. Algunos rastros de ...
... humedad ya se evidencian.
– Eso es, ofréceme tu coño. Es mío, princesita. Ahora tócate para mí. Papi ve cómo te tocas.
Comienzo a rozar mi clítoris, lento, muy lento, lo estimulo con mi dedo índice, y noto la reacción inmediata, estoy muy caliente. Aumento un poco el ritmo y otro de mis dedos se suma al asedio de mi botón del placer.
– Mete un dedo, muy lento, sé una buena niña y follate para papi.
Asiento, mis mejillas arden y uno de mis dedos se cuela adentro, causándome una agradable descarga eléctrica. Me remuevo elevando un poco mis caderas, acompañando el movimiento de mi dedo dentro de mí.
– No vayas a correrte –me advierte, se deshace del pantalón y su erección se yergue vanidosa–. Mete dos dedos, y aumenta el ritmo.
– Si papi –musito con la voz entrecortada.
Mis dedos aceleran el ir y venir, los meto muy adentro y con los dedos de la otra mano estimulo mi clítoris, acelero el ritmo, deseosa de obtener mi placer.
– Para –ordena–. ¿De quién es ese coño?
– Es tuyo papi.
– ¿No te falta algo? Coloca las pinzas y mete tu juguete rosado por el culo. Enculate para papi.
Asiento, azorada, sus designios son órdenes para mí. Cojo las pinzas. Aumenta el ritmo de su paja al ver mi rostro contraído por el dolor al cerrarse alrededor de mis pezones. Chupo el dildo rosado antes de meterlo en mi esfínter, es pequeño, entra sin dificultad, papi tiene una fijación con anal, antes de conocerlo solo tuve un par de experiencias previas no del todo agradable, ...