4 a.m
Fecha: 30/04/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Altais, Fuente: TodoRelatos
... ahora puedo decir que soy casi tan adicta como él para que me dé por mi puerta trasera.
– Eso, se sucia, follate para papi, hazlo a tres dedos. Pero cuidado, ya sabemos lo estrecha que eres, no quiero que te lastimes.
Mis gemidos van en aumento, al igual que el ritmo inclemente con el que me follo. Es tan intenso, la mezcla de dolor en mis pezones se cruza con el placer de mi coño y la invasión de mi culo.
– Aguanta, papi no quiere que te corras todavía.
Asiento y sigo masturbándome para él, lo más excitante es que me vea, me hace sentir unas cosquillas indescriptibles, no pensé que disfrutaría tanto siendo un objeto del deseo. Su rostro imperturbable esboza esa tenue sonrisa socarrona.
– Quita las pinzas, te duelen –ordena cuando ve que ya el dolor puede sobre mí y me está cortando el rollo.
– Si papi, gracias –las retiro con cuidado, mis dedos entran muy adentro, los remuevo con fuerza dentro de mí, tanto que siento como estoy a punto de correrme.
– Para –me dice, pero lo ignoro por un segundo – ¡He dicho que pares! –me detengo en seco, no era mi intención desobedecerle –Niña desobediente, si te digo que pares, lo haces ¿Vale?
– Si, papi, lo siento papi –dijo bajito.
– Sácalos, saca tus dedos. Tu coño es mío, solo yo decido cuando puedes correrte –mi rostro se contrae en un puchero–. Nada de pucheros jovencita, obedece a tu padre.
Sin muchas ganas los retiro. Resignada, excitada, en el fondo ambos sabemos que me encanta que controle mi ...
... orgasmo. De hecho, fue una de mis peticiones al comenzar nuestra relación, él nunca había experimento ese control y ha terminado encaprichado con él. Saber que tiene ese poder sobre mi intimidad lo lleva a pedirme que me toque siempre que desea, aunque los lugares no sean los más propicios, aunque estemos separados físicamente, me escribe y yo me toco, ese es el trato. A veces está en el trabajo, o en alguna reunión con sus amigos e insiste en ello. Afirmamos estar locos, pero es una locura muy placentera.
– Mete dos dedos y ábrelo lo más que puedas –sigo sus órdenes–. Mantenlo así –se levanta de la silla y se cuela entre mis piernas, siempre que me toco tengo que abrirme lo máximo posible, es una de sus posiciones favoritas, donde estoy vulnerable y expuesta para él–. Voy a correrme ahí.
Aumenta el ritmo de su paja hasta que el primer chorro va directo a mi interior, caliente, pegajoso, espeso. A pesar de haberse corrido su erección no baja del todo. Lleva sus dedos dentro de mí, esparciendo su leche en mi interior. Un ritmo rápido y furioso.
– Papi, papi, papi –gimo, sabe que estoy a punto, solo puedo articular ese apelativo si estoy por correrme.
– Sácalo princesa, correte para mí, tu coño es mío y quiero que lo exprimas. Dale tu jugo a papi.
Antes de que termine la frase convulsiono por el placer, retira sus dedos y un chorro potente baña su mano, que lo recoge y lo lleva a su boca. Lo bebe sediento y se inclina para besarme. Nuestros labios se funden. Coge mis ...