Encontré a mi madre teniendo sexo
Fecha: 30/04/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos
Queridos amigos lectores: Mi nombre es Andrea, es nombre ficticio de verdad, lo demás es real, tengo 32 años de edad actualmente, soy casada, mido 163 centímetros de estatura, 65 kilogramos de peso, contextura mediana, buena pierna con unas buenas nalgas como una buena hormiga culona, unas tetas talla 34 b, mi piel es clara, mi cabello es lacio color miel, lo tengo corto en este momento, mis ojos son café claros, en fin tengo gracias a Dios, un buen cuerpo, unos atributos que muchas envidian y los hombres desean, mi cuerpo me encanta, sé que no pasa desapercibido, ya que cuando voy por la calle recibo muchos piropos unos muy bonitos, otros un tanto pasados y hasta morbosos, recibo también miradas, gestos y otras cosas de parte de los hombres, tampoco tengo hijos debido a que cuando niña me practicaron un aborto en una clínica clandestina, allí me sacaron la matriz, por ese motivo no puedo concebir.
Mi esposo es un buen hombre, 2 años mayor que yo, de 180 estatura, de 72 kilos de peso, trigueño, pelo crespo y negro, delgado, bien aspectado en todos los sentidos, las chicas lo ven y no son indiferentes a sus gustos, llama la atención de ellas en todos lados, profesional, trabajador, juicioso, bueno en la cama, sé que me la ha jugado varias veces, lo he perdonado porque aprendí a pagar con la misma moneda. Aquí sólo quiero desahogarme de estos recuerdos, revivirlos y compartirlos con aquellos que buscan algo de diversión por este medio, dejo constancia de que mis relatos ...
... son verídicos y no sacados de la fantasía de alguien.
Hoy les relataré el momento en que encontré a mi propia madre siendo penetrada por dos de sus patrones, los mismos que ella consideraba doctores, inalcanzables o intocables, de mucho respeto.
Resulta que el día después a que tuve mi primer trío con dos adultos, negros ellos, dos hermanos costeños, (mi profesor de música Carlos y su hermano Max) como mi cuerpo aún no estaba acostumbrado a esas faenas tan fuertes, me cobró algunas facturas posterior a ese acto heroico de mi parte; esa noche y al día siguiente sentía la sensación de esas penetraciones en mi interior, había algunos dolores en mi garganta, malestares no controlables en mi aparato genito-urinario, eran como cólicos o espasmos muy fuertes, ganas de ir al baño sin hacer nada. Fui vista en la enfermería del colegio Elías Puyana, donde recomendaron que me permitieran irme para mi casa a descansar o visitar un médico de ser necesario, como el dictamen no fue concluyente, así que descansar sería lo mejor opción.
Llegué a mi casa, como tenía llaves entré sin llamar o tocar el timbre, apenas estuve en la sala-comedor que quedaba en el primer piso, escuché una mezcla de risas, quejidos fuertes y una conversación inaudible en el segundo piso, eso me causó curiosidad y alarma, algo raro estaba pasando y mi madre no se había percatado de mi ingreso, mi padre estaba trabajando de vigilante en ese momento y mis hermanos en el colegio.
Subí silenciosa, asustada, sin ...