Encontré a mi madre teniendo sexo - Relatos Eróticos

Encontré a mi madre teniendo sexo

... hacer ruidos, la puerta de mi habitación compartida con mis hermanos estaba abierta, la puerta de la habitación de mis padres quedaba algunos metros de cerca a la mía, al estar subir las escaleras sus conversaciones se hicieron más audibles, la voz de mi madre se hizo más notable, había como risas, quejidos, murmullos que aún no podía entender.

Me deslicé con cautela para entrar a mi habitación, sin ser vista por esas personas que estaban en la otra habitación, al no poder mirar con tranquilidad y eso me estaba llenando de intriga, así que decidí arriesgarme y sobre una baranda que se colocan las toallas de baño para que se sequen, me escondí entre ellas, desde allí tenía mejor vista al interior de la habitación de mis padres. Lo que vi confirmaría la herencia y genes de mi putería, mis ganas de sexo algo exageradas.

Seguramente mi madre llevaba un buen tiempo con esos tipos, que eran extraños para mí, además de que esa era su cama matrimonial.

Pude apreciar que ella estaba desnuda totalmente cuando me acomodé bien camuflada, logré ver tal como estaba sentada o arrodillada en el piso y frente a dos tipos de mediana edad, unos 45 - 50 años, barrigones, poco atléticos, es decir bien maduros ellos.

Ella, mi madre, succionaba sus penes, unos miembros de un tamaño normal, según lo advertí cuando se cambiaban de posición, con la otra mano masturbaba a su otro varón, así los turnaba alternándolos, nadie se dio cuenta de mi expiación, estaban concentrados en sus cosas ...

... que parecía no fuera la primera vez o primer encuentro, creo que tampoco esperaban a nadie más por eso su descarada tranquilidad.

Cambiaba de miembro a su gusto, se notaba que se los engullía hasta el fondo a juzgar por la cara de sus romeos, toda una profesional, no logré ver los primeros momentos de ese encuentro, pero lo que vi comprueba que mis genes.

Ella saltó a la cama, uno de esos consortes se acomodó en su trasero, otro en su rostro, ambos empezaron a penetrarla en sus respectivas posiciones, uno por su vagina, la que logré ver que no estaba depilada como la mía, más delante de mi vida entendería que eso era o es normal en las mujeres mayores. El otro tipo taladraba su boca metiendo su verga como si fuera una vagina de repuesto, sus huevas se balanceaban como el péndulo de un reloj.

Un buen rato después, el que estaba en su boca se acostó en la cama, mi mamá se le sentó encima y comenzó un sube y baja rítmico, el otro tipo que estaba detrás se le aceró ofreciéndole a mi mamá su verga que él se pajeaba en ese momento, seguramente para volverlo a parar nuevamente, ella se lo tragó de una, sin embargo, paró su frenesí de movimientos de cintura, se lo sacó de la boca y el tipo se fue para su trasero, ella se hincó sobre el pecho del otro tipo, ofreciendo su trasero a plena libertad de uso de ese hombre.

El tipo se inclinó doblando sus rodillas, cogió su verga con la mano y empezó a apuntarla contra las nalgas de mi madre que aún tenía el agujero de su vagina ...