Encontré a mi madre teniendo sexo - Relatos Eróticos

Encontré a mi madre teniendo sexo

... mis pantys estaban totalmente mojados por esos jugos; no tardé mucho en tener un orgasmo que se me antojó hermoso, creo que me transformé en mi madre sintiendo a esos tipos encima de mí, al igual llegaban los recuerdos de mi tarde del día anterior con esas vergotas que había disfrutado.

Al rato escuché que esos tipos iban saliendo de la habitación de mis padres, cuando calculé que esos tipos que se fueron de mi casa pues mi madre había vuelto a su habitación y colocaba música a alto volumen, me levanté, saludé a mi madre que ya estaba recién bañada, recién vestida, aún sin una gota de maquillaje. Su sorpresa fue inmensa, a punto de desmayo seguramente. ¿Hija qué haces aquí?, ¿a qué horas llegaste?, ¿por qué no está en el colegio?, eran tantas preguntas que no sabía por cual empezar a responder. Su cara cambiaba de color, pálido, rojo, azul, trataba de sonreír o cambiaba a cara de mal genio.

Tranquila mamá, yo lo vi todo, ahora lo sé todo, pero no se preocupe, será un secreto entre las dos. Mi padre no se va a enterar nunca. Me abrazó fuerte sin decir ni una sola palabra. ¿Me quieres contar la historia de esos hombres? Le pregunté algo intrigada, me merecía y esperaba de verdad una respuesta. Ella, mi madre, empezó su historia. Pues ellos son compadres, muy amigos entre ellos, hacen todo junto, paseos, piquetes, asados, viajes, fiestas, todo, a ellos les cuido la casa cuando se van de viaje. Un día que no estaba la esposa del más mayor, yo estaba haciendo aseo en su ...

... casa, limpiando la sala, el tipo se me acercó y comenzó a decirme cosas bonitas, yo no le creí nada, decía que yo le gustaba mucho, que quería estar conmigo, que me daba un dinero, yo lo evadía y lo espantaba para que no me molestara más, yo nada que le paraba bolas, pero cuando le dije que no le creía, que tampoco quería perder ese empleo, que necesitábamos ese dinero pues usted más que nadie sabe de nuestras necesidades, eso sí, duramos bastante en esa charla.

Sacó unos billetes y los puso en mi mano, mucho más de lo que me pagaban en varios días de trabajo. Esto es para que vea, yo voy en serio dijo el doctor, nunca soltó mi mano, más bien me atrajo hacia él, nos empezamos a besar, de verdad no pude evitarlo, ya se imaginará que pasó después.

De ahí en adelante, el doctor hacía lo que fuera para estar en casa cuando yo hacía aseo, solo para estar conmigo, hasta me cambiaban de día para que la patrona no estuviera, el doctor decía y se le notaba que la doctora no lo atendía en la intimidad, que lo descuidaba mucho. Un buen día llegó su amigo, el otro doctor, seguramente se contaron eso, ese día tuve que atenderlos a los dos y desde ahí me buscan para esos servicios, más que los de hacer aseo en sus casas. Me dan ropa, me dan dinero y cosas para traer a la casa, ahora no sé qué hacer, mijita me siento apenada, sucia.

Yo escuchaba su historia, mi madre trataba de ser explícita, pero suprimiendo morbosidad conmigo, volví a tranquilizarla, a prometerle que no iba a contar ...