La Jaguar vs Shadow Angel - Relatos Eróticos

La Jaguar vs Shadow Angel

... abiertas.

Amy no podía apartar la mirada de las facciones felinas que se adivinaban en el rostro de la bronceada Melanie e involuntariamente, su mirada bajó hacia los firmes pechos de la chica, descendiendo por su vientre plano y trabajado tras horas y horas de gimnasio, hasta posarse en su sexo, provisto de una fina mota de vello oscuro. Garibaldi volvió a accionar el botón de la mesa, liberando ligeramente la tensión de la cadena que aprisionaba el cuello de la Jaguar, dándole el suficiente margen como para que pudiera levantar el rostro y mirar a Shadow Angel.

- Venga.- Le dijo.- A qué esperas, fóllatela.

Ambas chicas tardaron unos instantes en entender a lo que se refería.

- Así no.- Imploró la Jaguar.- No quiero hacer eso… No me hagas hacerlo… No soy un juguete, no quiero que mi cola se convierta en eso… No soy un jodido mono de feria… No…

La descarga eléctrica interrumpió las palabras de Melanie.

- ¡Aquí dentro eres lo que Bianca quiera que seas!- Dijo autoritariamente.- Así que si ella dice que eres un juguete sexual, vas a ser esto y nada más… Si ella quiere que seas su peluche, te vas a convertir en un achuchable, inofensivo y jodido peluche. Y si no lo haces por las buenas, te obligaré a hacerlo por las malas, ¿entendido?

Bastó un gesto del mutante hacia el cuadro eléctrico para que la teriántropo tragase saliva, resignada. Si en algo tenía razón Mortaja era que sus opciones se limitaban a obedecer a todas sus perversiones o verse obligada a ...

... acceder a ellas tras aguantar su sádico tormento. A ojos de la ninja, la Jaguar era como un perro apaleado, su voluntad de lucha había desaparecido de su mirada, en ella tan sólo había derrotismo y sumisión. La japonesa cerró los dientes al notar la suave cola de Melanie acercarse y rozar sus muslos. Era un tacto “raro” que le erizó la piel, la flexible cola felina fue subiendo por sus piernas, buscando su expuesto y vulnerable sexo. Por mucho que lo intentó, no había nada que Shadow Angel pudiera hacer para impedirlo, sus piernas estaban bien engrilletadas y no podía evitar aquello que se le venía.

De reojo miró a Bianca que observaba divertida la escena, con los ojos como platos, como si estuviera presenciando todo un acontecimiento. Dispuesta a no darles la satisfacción de verla humillada, Amy cerró los ojos e intentó mantener una expresión neutra en el rostro mientras la suave cola de la Jaguar se introducía en su sexo. Entrando sin dificultad, como si fuera un juguete sexual recubierto de terciopelo. Una vez lo tuvo dentro su cuerpo se sacudió en un ligero estremecimiento. Pese a sus incontables experiencias sexuales, Amy no había notado algo así. La punta de la cola se movía dentro suyo, trazando pequeños círculos, buscando su “Punto G”. Melanie, dispuesta a todo para satisfacer a sus captores, observaba atentamente las reacciones de la ninja. Sus agudo oído captaba el latido acelerado de su corazón y su respiración agitada, indicándole si iba por el buen camino o ...