Hermione Granger y el Legado de Hogwarts 1 - Relatos Eróticos

Hermione Granger y el Legado de Hogwarts 1

Decir que Hermione Granger estaba furiosa… sería poco. Había invertido meses de esfuerzo con un único propósito. Ser la puta esclava de Harry Potter. Desde que se había tomado aquella poción de color rosa, su mente se había hecho trizas y la que había sido una estudiante aplicada y una persona de provecho, se había convertido en una zorra hambrienta de dominación y con la mente cargada de perversidad.

Y después de haber cumplido su sueño de poder ser usada y pasada por los alumnos como un objeto para ser usado… el sueño se había desvanecido cuando, en la sala de menesteres, un enorme giratiempo la había devuelto al pasado. Había racionalizado ya, por el tamaño del dispositivo y por el hecho de que había dado diez vueltas que… debía estar al menos cien años en el pasado.

Cien años lejos de su paraíso, cien años lejos de todas aquellas personas que le hacían un solo gesto para que ella se abriese de piernas y no le mostraban la más mínima compasión cuando obedecía. Cien años lejos del lugar en el que todos sabían que era una puta.

Tras pegar un saco de boxeo que la sala le había proporcionado hasta dejarse rojos los nudillos, Hermione empezó a racionalizar las cosas. Ella era una persona inteligente. Afortunadamente ninguno de los hechizos a los que la habían sometido durante su emputecimiento la había hecho volverse estúpida… no de forma permanente.

Pero por más que repasó todos los hechizos y pociones que conocía, no se le ocurría ninguno que pudiese ...

... permitirle volver a su tiempo. Estaba condenada a vivir en esa nueva realidad. Finalmente, tras un largo rato en el que la bruja estuvo meditando, se serenó. No sería la primera vez que seguía adelante.

Tendría que empezar de nuevo. Y lo primero que necesitaba era… un nuevo amo. Alguien con poder. Alguien que rivalizara con el niño que vivió. Sí. Ella le guiaría. Ella convertiría a su nuevo amo en todo un dios… le conseguiría un harén como había hecho con Harry.

Y esos pensamientos, poco a poco, fueron apaciguando la ira y la frustración de Hermione, y convirtiéndose en lujuria mientras, poco a poco, iba abriéndose la capa del uniforme, mostrando que debajo no llevaba nada más.

Sus dedos se metieron en su sexo húmedo, hurgando en él. Para Hermione, masturbarse era ya un acto inconsciente, muchas veces lo hacía incluso sin darse cuenta. Mientras se frotaba y sobaba sus tetas, pensaba en su nuevo amo… en estar de rodillas ante él, chupándole la polla con ansia, escuchando sus órdenes, soñaba con cómo la humillaba y la insultaba.

Y entonces, en su visión, su amo la llamó “sangre sucia”, y empezó a correrse como una loca. Se quedó unos segundos mirando el largo techo de la sala, satisfecha, mientras se chupaba los dedos. Emitió un suspiro. Le esperaba una larga búsqueda de ese amo.

O al menos, eso pensaba, porque en cuanto volvió a concentrase en el pensamiento de su amo… el suelo bajo sus pies se deformó un poco, y empezó a temblar, formando una escalinata. La sala de ...