The boy next door 3 - Relatos Eróticos

The boy next door 3

... limpio y bien colocado, está mojado de sus babas y su erección lucha por salir por algún lado. El pobre está hecho un desastre y se ha intentado adecentar para su cliente, es tierno y por otra parte patético de ver. Y he descubierto que nada me pone más que ver a Guille siendo humillado. El tiarrón hetero que conozco desde hace años prostituyéndose para desconocidos sin ninguna vergüenza.

Recibo un mensaje suyo por el chat de la página; "¿Qué quiere que haga, señor?". Ese "señor" hace que pierda el control completamente. Le pregunto por escrito si tiene ganas de correrse, a lo que él responde mirando fijamente a la cámara y asintiendo. "¿Estás dispuesto a todo para que te deje correrte?" Le digo, y él vuelve a asentir, que chico más obediente. Le ordeno que se desnude del todo y sin pensárselo se quita el tanga y se queda de pie frente a la cámara, con el rabo duro y las manos detrás de la espalda, como ofreciéndose. Le pido que me enseñe el ano y se da la vuelta para mostrarme ese par de nalgas redondas. Entonces se agacha un poco y me enseña la única parte del que no había visto bien todavía, su ano. Se ha quitado el vibrador de antes y ahora puedo ver claramente su agujero bien depilado y bastante dilatado.

Después de un rato teniéndolo exhibiéndose para mí, decido dejarle correrse, pero con una condición. Le digo que para correrse tiene que salir a la calle desnudo y correrse allí. Yo sé que la casa de sus padres está en una zona poco transitada, y menos de noche, ...

... así que no creo que haya ningún problema, aunque no estoy seguro de que vaya a aceptar. Veo como Guille se acerca al ordenador y lee el mensaje, se queda unos segundos algo quieto, como pensándoselo, y me responde. Está dispuesto a hacerlo, pero quiere más dinero. Ahora soy yo el que tiene que pensárselo. A la mierda, esto es increíble y probablemente el mejor porno que vaya a ver nunca. Le mando lo que me pide y él, obediente, hace algo con su teléfono para cambiar la emisión a este, supongo que para no tener que sacar el portátil a la calle.

Me deleito viendo como recorre en pelotas la casa en la que he cenado esta misma noche, intentado no hacer ruido, probablemente para no despertar a sus padres, y sale al jardín algo más relajado. Supongo que le da menos vergüenza que le vea un desconocido que que le pillen sus padres.

Una vez en la calle, Guille apoya el móvil en el suelo de la acera y se planta desnudo en medio de la carretera vacía. Se le ve temblar un poco y mira a su alrededor a menudo, pero a pesar de eso se agarra la polla con las dos manos por primera vez desde que lo estoy viendo y se empieza a pajear como un poseso. Yo también acelero el ritmo de mi propia paja mientras lo miro fijamente, y veo como él mira a la cámara, casi agradecido por el regalo que le he hecho, el poder correrse.

Tras unos breves minutos Guille se tira al suelo de rodillas y empieza a soltar trallazos de lefa por la polla mientras gime como una puta. Y justo después voy yo, y de ...