1. El morbo de lo incorrecto: Mis fantasías tuyas


    Fecha: 11/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: aSeneka, Fuente: TodoRelatos

    ... vea todo de manera diferente.
    
    Contaba con ello.
    
    Mario me mira con curiosidad al vernos llegar. Yo le devuelvo un guiño y sonríe. Sabe que tramo algo malo y le encanta.
    
    —¿Te importa que me quite esto? —pregunto inocente cuando los chicos van al agua.
    
    —Claro, mujer —asiente intentando mostrar indiferencia por mi pecho desnudo.
    
    Está turbada, pero no quiere que vea lo recatada y antigua que es. Los transeúntes no me quitan ojo y ella se ruboriza e intenta tapar con su bikini lo que el mío no deja a la imaginación.
    
    —¿Te puedo pedir que lo hagas conmigo? Es que así, sola, me da un poco de palo.
    
    La veo palidecer.
    
    —Uff, chica, yo…
    
    Le aterroriza que le vean las tetas, pero sé que tampoco quiere parecer una mojigata delante de su adorable nueva mejor amiga. No quiere decepcionarme y lo aprovecho.
    
    —Porfa, Loli, hazlo por mí.
    
    Se derrite cuando le cojo del brazo. Soy su buena nuera, y la luz que encandila los ojos de su hijo. Le cuesta negármelo.
    
    La prenda cae junto a la mía y sus blancas tetorras lucen al sol. Son tan grandes, como creía, pero más firmes de lo que aparentan bajo la tela. Dos imanes que no tardan en acaparar las miradas que se apartan de las mías. Ella no lo sabe, pero no está nada mal y le doy con el codo.
    
    —No querías destaparte y me vas a terminar acomplejando.
    
    Se pone colorada pero, en el fondo, se hincha como un pavo. La vergüenza hace hueco a la autoestima que pensaba que no tenía.
    
    —Pobres perdedores —susurra en referencia ...
    ... a los que giran su cabeza al pasar.
    
    Nos carcajeamos con la boca abierta. La risa nos hace más cómplices y a ella más valiente.
    
    El que no sonríe es su marido al que se le cae la mandíbula cuando nos ve al volver. Mario, a su lado, mueve la cabeza como si no lo pudiese creer y hace esfuerzos por no sonreír de oreja a oreja. Qué mala soy y cuánto me quiere.
    
    Lo peor de todo es que mi suegro no se despega de mi lado. Menudo repaso me está dando. Lleva empalmado toda la mañana. Solo le falta frotarse contra mi pierna. Hoy Loli va a disfrutar de una buena noche de sexo.
    
    —Dame crema, Roberto, ya que estás.
    
    Casi se mea encima al oírme. Estoy apoyada en los codos haciendo que mis tetas resalten hacia adelante. Mis pezones son como dos dianas que a punto están de sacarle un ojo. Justo cuando se acerca con el bote, me doy la vuelta y le ofrezco mi espalda. Idiota, se creía que le iba a dejar sobarme las peras.
    
    No obstante, él se sienta en mi culo y me masajea hasta el cuello. Al menos, eso sí lo hace bien. Me dormiría con sus manos si no fuera por ese falo que tengo alojado entre las nalgas. Loli y yo estamos frente a frente, con la cara pegada en la toalla. Le guiño un ojo, pero ella no me entiende. Mañana se lo explico.
    
    — · —
    
    —Es la primera vez que le veo las tetas a mi madre —dice Mario, de vuelta en el coche.
    
    No sabe cómo lo he hecho, pero le gusta que sea tan retorcida.
    
    —Y además en público —añade antes de reír. Me admira más de lo que me quiere.
    
    No ...
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