Acompañantes - 3 Susan - Relatos Eróticos

Acompañantes - 3 Susan

... está dormido, solo me sirve para orinar ya es hora que lo utilice para algo más.

Tímidamente lo cogí, era la primera vez que tenía en mis manos un pene y que si en un principio y a media erección tenía la longitud de la mano de su dueño plenamente abierta, pero al contacto con mi mano comenzó a crecer y su longitud llego a alcanzar los 30 cm. Tenía que agarrarlo con las dos manos notaba como crecía en diámetro, instintivamente comencé a masajearlo y acercándomelo a mis labios, lo bese, estaba húmedo, comenzaba a segregar el lubricante natural para permitir la penetración y sin decir nada, me lo metí en la boca, entro hasta tocar el fondo de mi boca, apenas podía respirar, me daban arcadas, masajeándolo lentamente llegue a provocarle una eyaculación que me lleno de tal manera mi boca que tuve que tragarme todo su esperma, su sabor agridulce me gusto, me lo frote por toda mi cara, lo besaba me lo metía una y otra vez en mi boca, me daban ganas de morderlo pero me arriesgaba a recibir un puñetazo por hacerlo, me lo comí como si fuese un helado de nata. Yo notaba que algo me estaba pasando note que me estaba mojando mis bragas, estaba tan excitada que me tire al suelo, me saque las bragas y le dije.

- James, ahora es tu turno de usarlo para lo que se creó, soy virgen y quiero dejar de serlo, penétrame, con esa tranca que tienes hazme tuya mi ser es tuyo, si me haces un hijo es culpa mía no te hechas la culpa pero quiero que seas tú el primero que entra en mí.

Y sin ...

... miramientos me penetro con aquel miembro de 30 cm me llego hasta el mismo cuello de cérvix, y en tan solo dos envestidas me lleno el deposito vacío, y no fue solo una descarga, tras sacarlo, me dio la vuelta y como una perrita en celo le ofrecí mi sexo que volvió a penétrame y descargarse en mi deposito, el esperma salía de mi vagina con tan solo ponerme en pie como si fuese una fuente de leche manando del fondo de mi ser. Aquella noche dormimos juntos, bueno eso de dormir es un decir, 6 veces me penetro y en cada acometida me llenaba el deposito, cuando me levante no podía caminar, me dolían las piernas y lo que no eran piernas, tome la decisión de que no podía seguir en aquella casa, cogí mis cosas y me marche. Tres días después el personal de Acompañantes me localizo y como castigo me enviaron a un pais árabe, no sé dónde era lo que si es que en el aeropuerto me estaba esperando un coche y me llevaron a una casa, allí me tuve que cambiar de ropa, me dieron una túnica y de vuelta al coche me llevaron al desierto, paramos en un campamento, había unas 7 u 8 haimas,

Entre en la más grande reclinado en un montón de cojines estaba el jefe de la tribu y me dijo.

- Mujer, te escapaste de la casa destinada para ti, ahora vivirás aquí serás mi quinta esposa, y me daras hijos, trabajaras como las demás esposas y para que todos sepan que eres mía llevaras mi marca con el número 5 que serán los hijos que me des podéis llevarla que la preparen.

Por mi mente pasaron unas imágenes que ...