1. Acompañantes - 3 Susan


    Fecha: 12/05/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Charlie, Fuente: TodoRelatos

    ... me asustaron que me harían desde luego nada bueno en un principio, me pusieron un piercing en la nariz en cada uno de los huecos, otro en la lengua, me impedía hablar otro en el ombligo y en las cejas, mi cara parecía un alfiletero, y todos ellos sin anestesia a pelo, los gritos de dolor se debían oír al otro lado del desierto , pero lo último fue lo peor, cuando vi el instrumental que estaban preparando, no hizo falta anestesia, al momento me desmalle.
    
    Al despertarme de la cintura para abajo no sentía nada, posiblemente me hubiesen puesto alguna anestesia, cuando me vi comencé a llorar me habían mutilado, me habían colocado un piercing en cada uno de los labios vaginales, tanto mayores como menores y me habían hecho una ablación del clítoris, es decir me habían cortado el clítoris alegando que las mujeres no deben de gozar cuando son poseídas, solamente el hombre tiene derecho de gozar de la copula, la misión de la mujer es engendrar hijos y cuantos más mejor, me desnudaron completamente y en una de las nalgas me marcaron con un hierro al rojo con el símbolo del jefe de la tribu, era una media luna y en el centro un 5 que simbolizaba que era la 5 esposa y que tendría que darle 5 hijos. Me dejaron durante una semana tranquila en la haima con el fin de que me recuperase de todo aquello que me habían hecho, salí de las monjas y caí en el fuego, tres días después ya recuperada pero aun dolorida me vino la regla, no había quedado preñada de James O`Neal. Más me hubiese valido ...
    ... quedarme con aquel viejo y que me hubiese preñado, por lo menos tenía una buena cama un hospital para parir y no sería una tornillería ambulante sin clítoris y sin poder gozar de los empujones que me darían cada vez que tuviese que abrir las piernas ante el jefe de la tribu, que apropósito era un gordo seboso, le olía el aliento a ajo comía con las manos y se limpiaba las manos en la ropa o en mi culo, cada vez que me llamaba, cada dos días lo primero que me hacía era darme un par de azotes en el trasero y pellizcarme los pezones, que por cierto no los habían perforado para poder dar de mamar a los hijos que tuviese. Asi me pasaron los primeros 365 días en aquella tribu, pero ya en el segundo año no mejoro, pero tampoco empeoro, en el primer trimestres del 2 año, quede embarazada, del gordo, y tras el primer parto y la consabida cuarentena que trataba de prolongarla trataba de espaciar las relaciones alegando de que como la regla no me había venido por estar dando de mamar a mi primer hijo, pude descansar 6 meses al 7 mes, comenzó nuevamente a penetrarme, él no había perdido el tiempo, en esos 7 meses y los nueve de embarazo, todos los días tenia a una de sus esposas por la noche con las piernas abiertas, normalmente dejaba preñada durante el año a una o dos de sus mujeres, corría el turno hasta que me llegase el mío. Hoy día ya tengo 4 hijos cuándo camino me veo como un campanillero con los sonidos de mis piercing en los labios vaginales, y para la semana me toca el turno de ...