Confesiones (4): Puta
Fecha: 15/05/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Kurosko, Fuente: CuentoRelatos
... ancha y tras ajustar mis tarifas, fui perdiéndole el miedo y el asco a clientes raros.
Ni golpes ni anal, esas eran mis condiciones. Bueno, eso y usar condón (casi me dio un infarto cuando me caí en cuenta de que no lo había usado la primera vez). También me tocó rechazar a un par de personas, algunos por su físico, otros por su olor y hubo uno al que había visto un par de veces en la tienda de conveniencia que había cerca de la oficina, no podía darme el lujo de que me reconociera. Desde que lo vi de lejos, me retiré y le llamé para cancelar. Todo era en efectivo y aunque guardaba el pago antes de hacer nada, nunca recibí dinero antes de entrar en la habitación.
No pasó mucho antes de que pagara mis deudas y así, por fin, pude buscar una casa para mudarnos. Era un lugar cerca de la escuela de mi hijo, lejos de ser perfecta, pero al menos ya no teníamos que compartir baño ni nada. Renuncié a mi trabajo y le dejé mi número personal por si mi primer cliente quisiera buscarme de nuevo, lo cual ...
... hizo.
Con el tiempo, fui conociendo mejores clientes y hasta uno me ofreció grabar videos para Internet, pero el riesgo de ser reconocida es demasiado alto. Con la llegada de los smartphones, me dio pavor pensar en que alguien pudiera grabar o tomarme fotos, así que añadí la regla de guardar los celulares en un cajón.
Varios años han pasado, la demanda a veces sube y a veces, escasea y ahí fue que empecé a aficionarme a la cocina. Ahora me era más fácil estar en casa para mi hijo y en un parpadeo, ya estábamos en un mejor hogar y él está por empezar su carrera en robótica o algo así. Todo esto gracias a este oficio en el cual me ha permitido tener más buenas experiencias que malas. Supongo que algún día podré dejarlo, o tal vez sea de esas señoras que sigan ejerciendo hasta en el geriátrico, quién sabe.
No creo que algún día me sinceraré con mi hijo, pero algo que me queda claro es que no tendrá derecho a ofenderse en caso de que algún día lo llamen “hijo de puta”, después de todo, ahora lo es.