Sofía
Fecha: 16/05/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: charlines, Fuente: TodoRelatos
Ya llevaba un tiempo solo y necesitaba alguien que me ayudara con las labores de la casa. Estas tareas me resultaban bastante engorrosas, sobre todo el planchar. Tras meditar algún tiempo, creí que la mejor solución sería contratar una persona. Para ello puse un anuncio en un periódico local. Yo estaba casi seguro de que con cuatro horas a la semana podría ser suficiente, mi casa no es muy grande y la plancha tampoco sería excesiva, así que valoraría ese periodo, con la posibilidad de subir a seis. También valoré la cantidad a pagar, aquí creí que un buen precio sería diez euros por cada hora, esto también me daba la posibilidad de poder alargar el tiempo si era necesario. Cuando tuve claro lo que quería, inserté el anuncio en el periódico local. Rápidamente obtuve varias contestaciones, por lo que hice una audición para encontrar a la mujer perfecta.
En una mañana desfilaron cinco mujeres por mi casa y todas superaron las pruebas a realizar. A la tarde tenía otras cinco. Me dispuse a comer y a la vez valoré a las mujeres de la mañana, en igualdad de condiciones, de momento, decidía su cuerpo y su personalidad. Así que configuré una lista de candidatas numerándolas con puntuaciones para poder decidir. Por la tarde, tres de las candidatas se descolgaron pues tenían solo unas ciertas horas disponibles. Así que me quedaban siete. Las puntuaciones llevaron a Sofía a alzarse con la primera posición. Tras descolgar el teléfono, marqué el número de Sofía. Esta, contestó rauda y ...
... quedamos para el día siguiente a las diez de la mañana.
Sofía, se presentó impresionante. Su rubia melena aparecía lisa y le hacía una preciosa cara, un vestido corto cubría su cuerpo y ofrecía una generosa vista de sus grandes pechos, unas largas botas de mosquetero estilizaban su cuerpo y levantaban su culo haciéndolo esplendoroso. Y su boquita, esa boquita que levantaba a los muertos. Me hacía imaginar todas las hazañas que con ella podría realizar.
Pasa, Sofía, siéntate.
Sofía, se sentó en uno de los sillones del salón. A la vez que lo hacía, su falda se subió lo justo para dejarme ver el principio de su tanga. Sus preciosas piernas aparecían íntegras ante mis ojos y sus pechos lucían turgentes y poderosos ante mí.
Sofía, te he elegido a ti para este trabajo. Creo que entre cuatro y seis horas por semana será suficiente, ¿no sé cómo lo verás tú?
Tendría que ver un poco la casa y la cantidad de ropa que habría que planchar.
Tienes razón, te enseñaré la casa.
Nos levantamos y recorrimos la casa.
Como ves este es el salón, no es muy grande unos veinte metros cuadrados, saliendo de él hay un pequeño recibidor que nos lleva a la cocina, una cocina mediana de unos doce metros cuadrados. Un baño con todo, ducha, lavabo, aseo y bidé. En el otro lado la habitación de invitados como el aseo y la habitación que es igual que la cocina. Estas miran a la calle con un pequeño balcón y el baño y la cocina a un patio, el salón también mira a la calle.
Esta casa ...