Merceditas 3
Fecha: 17/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: mercedes, Fuente: TodoRelatos
... algo más segura.
Ambos miraban mis pezones erectos, duros.
Perdida niña? Porque no pasas un ratito? Nos divertiremos nena.
Estás muy rica.
Estás sola?
Chupaste alguna polla ya?
Vamos, entra putita.
Me tomaron del brazo y abriendo la puerta de ese edificio que parecía venido abajo, me empujaron. Casi tropiezo y me caigo del empujón fuerte que me dieron.
Se me abalanzaron encima los dos. Uno buscó mi boca. No me resistí. No porque mamá me lo había dicho, sino porque estaba paralizada de miedo.
Abrí mi boca y entró su lengua. El otro me apretaba las escasas tetitas que tenía.
Es una nena aún. Ni tetas tiene.
Le sentía el mal aliento que tenía el que me besaba. Más que un beso, me lengüeteaba la boca, hurgaba con su lengua en la mía.
El otro había metido la mano bajo el vestido, e igual que el anterior, frotaba su mano furiosamente contra la tanga.
El que me besaba, metió una mano dentro del vestido para agarrar mis tetitas. Saltó otro botón más. Su áspera mano me frotaba una de las tetitas y el pezón, sin dejar de hurgar con su lengua en mi boca.
Que rica putita.
Te vamos a coger toda.
Sin pensar en lo que hacía, subí mis dos manos sobre mi cabeza y entrelacé mis dedos por detrás. Me entregaba a los dos. Eso los envalentonó.
Se volvieron torpes. Por poco me rompen todo el vestido. Ya tenía la tanga bajada a la rodilla y buscaba meter uno de sus dedos. El otro había abierto más el vestido y me chupaba muy torpemente un ...
... pezón.
La vi a mamá parada frente a la puerta. Me miraba. No hacía nada por entrar. Simplemente miraba como era objeto de esos dos degenerados.
Fueron segundos eternos que ella me miraba. Con la mirada le suplicaba que entrara y me sacara. Sentía el dedo frotar mi clítoris.
De repente la puerta se abrió y entró mamá.
Como escandalizada por que lo que veía, les increpó que era su hija y que me estaban haciendo.
Como el anterior, huyeron despavoridos.
Estás bien hija? No te hicieron daño. No te preocupes. Por poco te viola con los dedos.
No contesté ni la abracé. Caí arrodillada al suelo, llorando.
Tuve mucho miedo mamá. Porqué demoraste tanto.
Solo fueron cinco o seis minutos nada más. Si los dejaba más tiempo seguro que uno te desvirgaba con su dedo.
Demoramos varios minutos en salir del edificio ese. Mamá me calmaba.
Me gustó que pusiste las manos en tu cabeza y no te resistías. Así debes hacer siempre que te pase algo como esto. Debes hacerles ver a todos que te entregas.
Cuando salimos me agarré de su brazo y no la solté.
Otra vez más mamá, no por favor.
Está bien hija. Vamos al negocio del viejo.
Yo iba nerviosa y a mamá la noté muy agitada y nerviosa también antes de entrar al negocio. Nos paramos en la vidriera a mirar y mamá dijo que no había nadie adentro. Me miró y preguntó si quería hacerlo. Si entras, ya sabes lo que debes hacer. No demoré casi nada en decirle que sí. Ella respiró hondo, me tomó de la mano y entramos.
El viejo, ...