Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10) - Relatos Eróticos

Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10)

... atraería tanto, y lo sabes, hay una larga fila de idiotas esperando a que pierdas la virginidad para probar suerte contigo, podrías haber elegido a cualquiera de esos tontos, pero decidiste escoger a tu papá por una sola razón: porque a él no podías tenerlo; tu papá te desafió y te provocó un montón de veces, te hizo sentir cosas que te llevaron hasta el límite, pero nunca cedió ante sus propios deseos y eso te volvió loca, lo sabes, no es como todos los idiotas que andan detrás de ti y te regalan cosas, porque ellos no suponen el más mínimo esfuerzo y a ti te encantan los retos; aunque, por otro lado, también creo que solo será cosa de una vez, así que deberías aprovecharlo tanto como puedas, no lo sé, tal vez…

- Buenos días - saludé mientras entraba en la cocina, decidiendo que ya había escuchado suficiente para darme una idea de cómo estaban las cosas, haciendo que con mi irrupción aquella conversación se detuviera de inmediato, mirando la forma como mi hija se ruborizaba y bajaba la mirada tratando de concentrarse en lo que tenía en el plato, a la vez que Sofía la miraba con un gesto de nerviosa complicidad en su rostro.

- Hola, papi - musitó Adahí con apenas un débil y atropellado susurro que delataba los nervios y la inseguridad que toda la situación le provocaba.

- Buenos días, Silverio - contestó luego Sofía, mientras yo avanzaba a la cafetera, tomaba una taza y me servía un poco del café que mi hija había preparado especialmente para mí, pues ninguna de las ...

... dos estaba tomando de él.

- ¿Tienen algún plan para hoy? - pregunté mientras recargaba mi espalda baja en la mesa de preparación y las miraba a una y a otra alternadamente.

- No, bueno, creo que no - dijo Adahí sin superar la incomodidad que mi presencia le había provocado, dándome la impresión de que tal vez quería preguntarme si yo planeaba hacer algo con ella ese día. Sofía me miró de una manera fugaz, con una sonrisa traviesa en sus labios.

- ¿Y tú? ¿Tienes algo planeado, Silverio? - preguntó Sofía, pero sin dejar de ver a mi hija, quien aún tenía la cabeza agachada y se negaba a levantarla.

- No, no en realidad, aunque ahora que me lo preguntas, hay una película que quiero ir a ver al cine, tal vez lo haga por la tarde - Adahí levantó la cabeza y una fugaz mirada se cruzó entre las chicas, antes de que mi hija abriera mucho los ojos en dirección a su amiga y bajara nuevamente la cabeza, una señal que al parecer Sofía entendió de la manera correcta, pues de inmediato comenzó a hablar, de una manera apresurada y evidentemente improvisada.

- Oh, cierto, lo acabo de recordar… esto… papá me dijo que hoy visitaríamos a… a la abuela, que comeríamos con ella… esto… bueno, supongo que tendré que irme temprano… yo… bueno…

- ¡Ay, que mal! ¡Me voy a quedar sola en casa! - se quejó mi hija con una fingida voz de reproche, mientras me miraba de reojo, como esperando a que la invitara a pasar la tarde conmigo, pero como aquello nunca pasó, con un gesto exasperado que ...