Si quieres hacerte una paja, por mí no te detengas.
Fecha: 18/05/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
... yo seguí acariciando, tal y como lo había estado haciendo el día anterior, solo que cuando, comenzó a masturbarse, de manera suave, y colocando una de mis manos sobre la del impedí que continuase haciéndose él mismo la paja.
Justo en ese instante al voltear a verme, se dio cuenta de que ya tenía fuera del pantalón mi erecta verga, y supo lo que le esperaba.
Sin decir una palabra permaneció de espalda, y con la misma suavidad que lo había tratado lo tomé por la cintura, y lentamente fue dirigiendo sus nalgas sobre mi verga.
Antes de continuar, unté su culo con vaselina, tras lo cual continúe acercando más, y más sus paradas nalgas, a mi dura verga, cuando sentí el calor y suavidad de su esfínter contra la cabeza de mi glande.
Fue algo increíble, si le dolió, pero a medida que lo comencé a penetrar, ese insoportable dolor fue dando paso a una rica sensación, la que aumentó increíblemente al finalmente encontrarse totalmente empalado por mí, y bien sujeto entre mis brazos.
Instintivamente comenzó a mover sus nalgas, de un lado a otro a medida que yo sacaba, y metía por completo, toda mi verga dentro de su culo.
Era tanto el placer que él sentía que insistentemente me pedía una, y otra vez que no parase de hacerle eso, lo que no dejé de hacer hasta que finalmente llené toda su tripa con mi leche.
Cuando saqué finalmente mi verga de su culo, me dijo que una rara sensación de haber sido utilizado se apoderó de él por unos instantes, pero de inmediato también me ...
... dijo que sintió que él a su manera también me había utilizado a mí, para darse el gustazo de que le comiera el culo.
Al terminar le indiqué que podía entrar al baño, después de que salió le entregué sus pantalones, y después de ponérselos, aunque caminando con sus piernas ligeramente abiertas, quejándose por cierto dolorcito que sentía entre sus nalgas, se marchó a su casa.
En siguientes ocasiones que me visitó, una y otra vez volvimos a tener relaciones, y en una de esas ocasiones, apenas había terminado de desnudarse totalmente, le pedí que me mamase mi verga.
Como de costumbre no lo pensó mucho, así que mientras yo tomaba asiento en la pequeña cama, se agachó para acercar su boca a mi verga, pero además antes de que él colocase sus labios sobre mi glande, derramé un poco de leche condensada sobre mí colorada cabeza.
Tomó mi verga entre sus manos, y lentamente se dedicó a lamerla completamente, retirando con su caliente lengua los hilos de leche azucarada que corrían por mí largo tallo, y apenas me la limpió completamente comenzó a mamármela, sentía la calentura, y humedad de su boca tragándose, toda mi verga gustosamente, hasta donde ya no podía más.
Coloqué mis manos sobre su cabeza, y de esa manera fui guiando la sabrosa mamada que me estaba dando, hasta que finalmente su boca se llenó con toda mi leche la que en gran parte se tragó.
Por unos momentos los dos nos quedamos satisfechos, pero con unas ganas tremendas de continuar, yo me di cuenta de ello, ...