Rocío - Capítulo 7
Fecha: 19/05/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Sylke and Friends, Fuente: TodoRelatos
... sin que su novio lo advirtiera, llegó a mi lado silenciosamente y tras comprobar que el otro estaba concentrado preparando la cena, depositó su conjunto de lencería blanco en mi bolsa.
En ese momento Guille se dio la vuelta buscando algo en el congelador y ella, tras dejar mi regalo a buen recaudo, se incorporó y mientras me sobaba el paquete con una mano, me besó en los labios fugazmente.
- “¡Qué ganas de tenerte dentro otra vez!” - me dijo en un susurro y luego pasó su lengua por el lóbulo de mi oreja.
- “¡Estás loca!” - dije vocalizando y ella me devolvió su sonrisa traviesa.
Su novio, afortunadamente, seguía liado de espaldas a nosotros y cuando se volvió tampoco se percató de nada. Mi polla estaba dura de nuevo, aquella tarde estaba siendo un suplicio, pero bendito suplicio junto a Rocío….
- “¿Sacamos el vino bueno, Guille?” - preguntó ella apoyando su teta, de forma distraída contra mi brazo izquierdo restregándola bien.
- “Claro - contestó él - tu jefe se merece lo mejor...”
- “Bueno, no soy su jefe realmente.” - apunté.
- “Di que sí, estoy a sus órdenes.” - sentenció ella, mordiéndose ligeramente el labio.
Rocío buscó esa botella de vino especial y me pidió que la abriera mientras buscaba unas copas. Una vez que las trajo, se sentó a mi lado en otro de los taburetes de esa especie de barra americana y desde allí veíamos como su novio trajinaba en la cocina con distintos cacharros. Se había empeñado en hacer una ensalada especial y allí ...
... estaba, frente a nosotros, deambulando de un lado a otro mientras terminaba la cena. Mi compañera estaba súper cachonda, se le notaba en el brillo de sus ojos que parecían pedir a gritos seguir jugando. Tras vaciar la copa de un único sorbo, tomó mi mano con suavidad y se la llevó a su muslo. Yo, al principio estaba algo cortado, teniendo a su novio sonriente delante, pero ella daba pie a que yo continuase subiendo por esas finas piernas, parapetado tras la barra que separaba la cocina y acariciando la cara interna de sus muslos hasta percatarme de que no llevaba ropa interior y rozar sus labios vaginales. Mis ojos se abrieron como platos al notar la suavidad de su sexo con las yemas de mis dedos.
- “¡Ay! “- suspiró ella al notar mis caricias.
- “¿Estás bien, cariño?” - preguntó Guille levantando su vista hacia ella.
- “Si, por fin relajada después de un duro trabajo, ¿verdad, Alex?” - respondió mirándome traviesamente.
- “Si porque habéis acabado bien tarde” - comentó el otro ajetreado sin prestarnos atención.
Ella, allá abajo, facilitaba la operación abriendo sus piernas y acercando el taburete hasta quedar juntos. La barra impedía que su novio nos pudiera ver y de no haber estado esa barra dudo hasta de que lo hubiera hecho, ya que, Guille estaba enfrascado con la cena y su charla sobre su agenda de trabajo, reuniones y orgulloso de haber montado no sé qué historia de proyecto, pero gracias a su ego, no nos hacía mucho caso... Él hablaba y trajinaba ajeno a lo ...