El tormento de Elsa (revisado) 54 a 55
Fecha: 25/05/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: HCL1979REBIRTH, Fuente: TodoRelatos
... gimiendo.
-Voy a acabar con tu coño. - Dijo Carlos riendo al ver como la pequeña temblaba sollozando entre espasmos de dolor y placer - Túmbate en el suelo, boca arriba, con las piernas bien abiertas y levantadas, ponte en ángulo recto, y cierra los ojos. las manos apoyadas a cada lado, con los brazos extendidos.
Elsa obedeció, notó el frío suelo del gimnasio en su espalda, sus nalgas, su cabeza.
-Si mueves las piernas, si las cierras… te graparé el coño dejándolo cerrado con cristales dentro.
Elsa, sudando, temblando, asintió.
Pasaron unos segundos que le parecieron horas, no ocurría nada, y de repente, de repente notó como algo líquido le caía en el coño abierto algo líquido y caliente, muy muy caliente, y abriendo los ojos mientras chillaba, Elsa puido ver como Carlos derramaba sobre su coño la cera derretida que caía de una enorme vela
Sollozando, notando la cera llenar su coño, quemar su clítoris, sus labios, su pubis… Elsa hacía terribles esfuerzos para no cerrar las piernas. La enorme vela había mermado considerablemente, y la cera había caído dentro de su coño, a su alrededor, abrasándola. Cada poco, Carlos acercaba la llama lo suficiente para la cera que se había caído en su cuerpo se volviera a derretir y a calentar, mientras más cantidad caía en el cuerpecito de Elsa que sudaba y lloraba apretando las manos y los deditos de los pies, con las piernas bien abiertas y levantadas, temblando, deseando gritar con todas sus fuerzas pero conteniendose. ...
... Por fin, con la cera casi consumida, Carlos la dejó introducida en el coño de Elsa, dejando que terminara de consumirse allí.
-He gozado contigo zorra. - Dijo Carlos mirando a una sollozante Elsa, que aun así jadeaba de placer. - Creo que repetiré, aunque tenga que pagar. Espero que hayas aprendido a no reírte de las pollas pequeñas.
Elsa solo pudo gemir. Temblando, sollozando, gozando, notando la cera derretirse dentro de ella, se relamió.
-Cuando quieras… - dijo con lágrimas en los ojos. - Mi cuerpo no me pertenece…. Cuando quieras vuelve, cerdo.
Y sonriendo, Carlos, mientras se vestía, pensando en lo mucho que gozaría con esa perra la próxima vez, el resto de los presentes admiraban como Elsa sudaba, sollozaba y gemía a medida que la vela terminaba de consumirse dentro del coño de la niña, rodeada de cera por todas partes.
-Ahora… dejaremos ese coñito libre para poder follarlo.
Sonriendo, cada uno de los hombres cogió del suelo su cinturón. Se pusieron alrededor de Elsa, y en cuanto la vela se consumió del todo, mientras la niña aún tenía espasmos, de uno en uno, se fueron turnando y empezarona a azotar con sus cinturones el coño de Elsa. Al primer azote, la niña chilló de dolor y cerró las piernas, doblandose en el suelo, lloró hipando y moqueando.
-Papi…. - gimió con las manos entre sus piernas, notando el ardor, la cera, el dolor. - Duele….
-Me da igual… Recupera la posición o prendo fuego a tu coño y dejo que la cera se derrita de nuevo. Te vamos ...