Reconvertirnos en otros
Fecha: 27/05/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Bennasar, Fuente: TodoRelatos
... piensas un poco, alguna vez habrás acudido a la imagen de alguien, un amigo tuyo o mio para ayudarte a correrte.
—Mejor dejémoslo.
—Mejor no lo dejemos, ¿quien te ha servido alguna vez para correrte?.
—¿De verdad quieres saberlo?
—Por eso te lo pregunto.
—Alguna vez he tenido curiosidad de saber como será el pene de Germán pero solo saber como será, por curiosidad. —Germán es un amigo, principalmente mio, que liga bastante a pesar de tener mujer y que le gustan mucho las mujeres.
—Mira como intenta entrar en tu vaginita el pene de Germán. —Junté los dedos y los dirigí primero al clítoris y luego recorrí la raja buscando la entrada de la vagina y al encontrarla simulé un intento de entrar. Me apartó la mano y abrazando con su mano los dedos todos juntos los llevó a su boca y me estampó un beso en su punta.
—Anda tonto, vamos a dormir.
—¿Has besado la punta del capullo de Germán?
—Tonto, he besado tus dedos, ¿Cómo voy a besar la punta del capullo de Germán si ni siquiera se la he visto.
Me arrimé a su culo y le pasé el brazo por debajo del cuello para dormir. Pero antes de dormir imaginé el pene de Germán entrando por su vagina y pensé que tenía curiosidad por verlo.
Durante tiempo le di vueltas al tema pero había algo que no me terminaba de gustar, me daba celos que le hiciese el amor. Absurdo, quería que se la metiese pero no que la acariciase. Sabía la contradicción, meterla es acariciarla pero no había forma, imaginaba que la metía y más ...
... que disfrutarlo sentía curiosidad de saber que sentiría German y que sentiría Toñi.
Cuando hacíamos el amor a veces jugaba a que mi polla era la polla de Germán, ella se reía de la situación pero también la disfrutaba.
A veces le decía que iba a invitar a Germán pero lo decía como juego. Por supuesto, muchas veces hacíamos el amor sin fantasías ni juegos.
—¿Qué? ¿Cuando invito a Germán? pero solo para que te la meta, así conoces de verdad su pene.
—Estás tardando en traerlo.
—¿Este sábado?
—No digas tonterías. Lo decía en broma.
—Tendría que convencerlo, estoy seguro que estaría encantado, lo difícil es convencerlo de que solo sería para meter el pito, nada de calentarte y acariciarte.
—Y ¿quién me calienta? —Me contestaba a un juego que no iba a ninguna parte.
—Yo, mientras yo te acaricio el te la mete, si quieres como tomas píldora incluso se corre dentro.
—Ya, y me contagia cualquier cosa con lo promiscuo que es.
—Sé que constantemente se hace pruebas… por su mujer.
—A ver como me la mete. —Y me coge el pene para metérselo. Se lo meto y la bombeo.
—Así, solo que el suyo creo que es un poco más gordito, —Realmente lo digo sin estar seguro, ella gime y termina corriéndose, yo también. De momento el juego ha introducido una pequeña variante placentera.
Un día quedo con Germán a tomar unas cañas sentados en una terraza.
—Tengo una curiosidad, imagínate que puedes meter tu pene a una chica sin poder acariciarla o sea meterlo y correrte ...