Una Buena Ocasión 5 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 5

Una buena ocasión 5

(Un directo exitoso, un enorme favor a un amigo, y la primera sesión con Lucia)

Damián ya no tenía ningún control, solo vivía la vida de Santi, que no era poco, ya que no tenía ni los estudios ni los conocimientos para hacerlo, lo mínimamente bien. Y después de un despertar en el cuartillo de una oficina, con una chica muy guapa chupándole la polla, decidió pedir la baja, y se quedó en casa. A veces volvía a su cuerpo, pero no le parecía real lo que vivía, era demasiado para un joven adolescente, tales imágenes.

Pero Santi si podía vivir la suya, y nunca hubiera imaginado, lo bien que lo estaba haciendo y como disfrutaba. Tanto, que apenas se acordaba de su verdadera vida, salvo cuando necesitaba la fuerza de su cuerpo, y la del cuerpo blandengue de Damián, le devolvía a la realidad.

Cada mañana hacia sus ejercicios, y cada semana los doblaba, y poco a poco moldeo lo que pudo el cuerpo triste de Damián. Le tenía el ojo echado a Lucia, dos tallas menos que su madre, y dos más que Berta, pero por su confesión, una sumisa de las que le gustaba ser usada, ordenada y corregida a placer. Debía someterla a su gusto, o que se buscara a otro. Y desayunando, le miraba en el sofá preparar su día en la agenda, y Ana, la madre de la vida sexual triste, me miraba a mí.

-¿No vas a trabajar hoy? ¿estas bien?.- le dije harto que me mirara con los ojos de admiración con los que me miro desde que baje a la cocina.

-No, descansare.- me dijo señalando su ...

... coñito.

-¿Por qué haces ejercicio en el baño, con el jardín que tenemos? O tu cuarto, no se.-me pregunto Lucia intrigada ya hacia días.

-Porque hay humedad, y limpia los bronquios, y la falta de oxígeno que fuerza a oxigenar los músculos mejor y hacerlos crecer.- le conteste enseñándole la buena bola que tenía ya por bíceps.

Y levanto los hombros sin entenderlo bien del todo.

Llegando al instituto vi a Andrea a distancia de la puerta, y me hizo señas al verme llegar.

-Hola guapa, ¿Qué te cuentas? ¿Cómo va la web?. - le pregunté, sabiendo lo que me diría a continuación.

- ¿Tu no me ibas a llamar para hacer las paces?. - me preguntó seria.

-Lo iba a hacer, pero te vi tan enfadada ayer, que pasé de discutir otra vez por teléfono. - le expliqué haciéndome el blando.

Pero apareció Sumía por detrás de mí, me agarro del cuello, me dio un beso en la boca, y nos saludó:

-Hola Andrea, ¿ya tenéis el trabajo? Nosotros si.- le dijo en tono de burla.

-Perdona, ¿y tú eres? Porque no te tengo vista.- le mintió para ofenderla, pero no surtió efecto.

-Soy Sumía, y conque me vea este, tengo bastante.- le dijo sobándome el culo.

-Bueno, bueno, cortar el rollo. Andrea tía, es muy buena tía, no la juzgues aún, y tu no seas tan posesiva que no somos novios.- les dije a las dos, que agacharon la cabeza asintiendo, sorprendidas de mis palabras tan serio, pero con sus coñitos mojándose. La mano de Sumía en mi culo, me lo confirmo con su apretón de deseo.

-Bueno, ya ...