Una Buena Ocasión 5 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 5

... hablaremos a solas cuando puedas.- me dijo Andrea, celosa y haciéndose la víctima.

-¡No, no!, si había pensado comentarle a Sumía tu proyecto artístico, mírala, esta cañón. Y su toque gótico da mucho juego, y si a mí me pone...- le dije viendo cómo me fulminaba con la mirada, pero tenía su silla cogida, y la giré dejandola frente a Sumía.

Esta sonreía sin entender de que hablábamos, pero haría lo que le pidiera, y le insistí a Andrea:

-Venga tía, ya sabes las posibilidades, pero si, hablaremos a solas.- le dije soltándola. Pero no se fue, la miraba descarada de arriba abajo, y dijo:

-Pues justo ayer pensé en disfraces, pero el estilo tuyo es muy sexy, ya me había fijado en algún que otro conjunto. Hablo con Damián, y que él te lo explique, ¿de acuerdo?. - le dijo, girando y yéndose, después de que Sumía asintiera sonriente.

-Ya puedes conseguir algún lubricante, porque esta indiscreción te ha costado este culito.- le dije levantando su minifalda y sobándole un cachete con fuerza.

Pero Sumía estaba entregada, y me cogió el brazo, se lo empezó a frotar ella misma, y me dijo:

-Ya era tuyo igualmente, viejo pervertido. - y saltó, escapando al notar como le empezaba a pellizcar su coñito.

-Llámame, o ven a casa y me cuantas este proyecto, ¡Viejales! -me gritó, ya entrando al instituto.

-Joder con la canija, que culito más duro.- dije al darme cuenta. Y entre también, mirando descarado a otras gacelas repartidas, esperando mis miradas cada día, deseando ...

... que les fuera a hablar.

Y las cosas volvieron a la normalidad en la pandilla, con otro fichaje que Fermín tampoco había admirado bien, y ya tenía nueva candidata para sus pajas. Pensó el, al llevar media hora de almuerzo juntos, entre risas.

-Ven tío, tengo que hablar contigo. - le dije llevándomelo a solas, antes de entrar a las clases.

-Esto no puede ser, te tienes que desvirgar ya, no puedes estar con esa cara de tonto y la boca abierta delante de las tías. Espérame a la salida, que veras que estreno te pegas.- le dije sin dejarle hablar, pero viendo crecer su sonrisa mientras me alejaba y le asentía.

Fermín no era tan alto y fuerte como yo, pero su corpulencia al lado de la dulce Sumía, era mucha. Y el pobre ya se imaginaba cogiéndola de la cintura y follándosela sin compasión, comiéndole esas dos tetitas que no se movían nunca, de lo duras que las tenía, y que aprovechaba la mínima para asomarse en sus escotes.

Las dos horas se le hicieron eternas, y tuvo varios empalmes. Andrea le noto nervioso después de que habláramos, y ya temía tener que pagar mi perdón y la incorporación de Sumía, follando con él. Yo los miraba a los dos, sabiendo lo que pensaban, pero sonreía al saber cómo se equivocaban. Se lo conté a Sumía, que le costó aguantarse la risa, y le prometí complacerla en cuanto pudiera. Pero esa tarde no podría estar, porque un trio con las dos jovencitas, hubiera caído. Y primero quería saber como funcionaba en rollo de Andrea con su web.

Y al fin ...