1. Yulia II


    Fecha: 03/06/2025, Categorías: Transexuales Autor: Zorro Vikingo, Fuente: TodoRelatos

    En cuanto llegué a casa, como no tenía su teléfono, le mandé un mensaje al chat de la app donde nos conocimos para decirle lo mucho que había disfrutado esa noche con ella. Me quedé dormido esperando algún mensaje suyo de que también lo había disfrutado. A la mañana siguiente vi que todavía no había respuesta de Yulia. Ni ese día, ni en los siguientes, a pesar de que yo le escribí varios más. Me ignoraba, estaba claro, pero yo no podía dejar de pensar en ella. Me había obsesionado todavía más el hecho de que no contestara y eso me daba la excusa para buscarla y volver a verla en persona.
    
    Yo no era su tipo de chico, lo recordé claramente del restaurante. También recordé que me contó que no tenía a sus padres y vivía con su tío, y que su tío tenía una discoteca por la zona. No me dijo el nombre, pero con lo poco que dijo tenía una idea de cuál podía ser. Era mi única esperanza, ir allí el fin de semana y buscarla a ella o a encontrar a su tío, sabiendo que es el dueño. ¿Eso era amor? ¿o el comportamiento de un psicópata sexual? Me di miedo a mí mismo.
    
    Me masturbé todos los días pensando en la enculada que le di en la playa y en cómo me había comido la polla como una desesperada antes de eso. No recordaba una chica con tantas ganas como ella. ¡Cuánto semen desperdiciado en una diosa, un ángel, una zorra, una fulana que no me hacía ni puto caso ya!
    
    Mis amigos querían salir el fin de semana de pubs como siempre. Hacía mucho que no íbamos a una discoteca y me costó ...
    ... convencerlos para ir a allí, pero lo conseguí. Ellos intuían que había conocido a alguien y que estaría allí, les dije que sí, pero que no se metieran en esto que ellos eran unos salidos más locos que yo y ella era muy tímida. Mentira, pero entre que ya me estropearon algún ligue en el pasado y que yo tenía dudas con Yulia, no confiaba del todo.
    
    Llegó el sábado y allí estábamos, tarde, después de una buena cena de amigos. Al final los tenía contentos porque hacía mucho que no disfrutábamos de música a todo volumen y mujeres contoneándose y provocando por todas partes. La verdad es que eran una locura las mujeres que vimos nada más entrar. No sabíamos dónde mirar. "Mira esa cómo se mueve ¡y su amiga como nos mira!". Pronto conseguí escaquearme y desaparecer para explorar las otras salas de la discoteca.
    
    Tenía que encontrar a su tío si no la encontraba a ella. Me acerqué a una chica muy mona que atendía en la primera barra que vi.
    
    - Busco a alguien -empecé-, una chica medio pelirroja, ojos verdes, creo que trabaja aquí -grité en medio de la música al oído de la chica.
    
    - ¿Y yo no te valgo? -se insinuó mostrándose con los pechos bien apretados-. Te pongo lo que quieras -con el claro propósito final de venderme una copa.
    
    - Me pones, me pones -la adulé un poco-, pero ¿conoces a la chica? -insistí.
    
    - ¿La rusa? -me miró con cara extraña-. Aquí la conocen todos y si no la conoces, mejor aléjate de ella -concluyó.
    
    Me encogí de hombros y señaló en dirección a otra sala de ...
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