Yulia II - Relatos Eróticos

Yulia II

... fui yo también antes de que se la llevara a arrastras. De un fuerte manotazo le quité sus garras de Yulia que se liberó y apartó de él. "¿Y tú quién mierda eres? ¿otro de sus perritos?" fue lo último que escuché antes de caer el suelo con la vista nublada. Joder que inútil soy para estas cosas. Desde el suelo vi al indio que lo ahogaba con un brazo y se lo llevaba fuera de la gente junto con otro tipo.

Yulia se agachó con un pañuelo, me dijo que mi labio estaba sangrando y me secó con un pañuelo. A mí me dolía el pómulo, entonces vi un poco de sangre en mi camiseta. Me levanté y mucha gente miraba. Yulia me llevó dentro para limpiarme y curarme. Fuimos hasta un despacho privado interior de la discoteca donde había un botiquín y me sentó en una silla.

- Eres mi héroe -sonrió amable. Yo creo que para calmar mi ridículo y mi escozor por el alcohol de curar.

- Soy bueno recibiendo puñetazos ¿a que sí? -todavía me quedaba algo de humor.

- ¡Joder! Me has puesto cachonda -dijo algo más emocionada. ¿Pero cachonda? Esa mujer tiene un problema, pero me gusta.

- ¿De ver mi sangre? ¿También eres vampira y no me lo has contado? -soltó una carcajada.

- Es la primera vez que alguien que no sea Vanesa hace algo por mi contra ese imbécil -y entonces me besó.

Fue un beso con lengua, con mucha lujuria, como si fuera vampira de verdad y esa sangre de mi labio fuera su primer banquete en muchos días. Y mientras hacía esto se sentó en la silla encima de mí, restregando su ...

... culo y su sexo contra mi pantalón. Su vestidito ya se había subido solo al abrirse de piernas para sentarse sobre mí. Atrapado en la silla, ese beso no se acababa y mi erección volvía a estado donde lo habíamos dejado en el baño.

Se apartó un momento para abrirme el pantalón, pero lo hice yo más rápido. Mi polla estaba ya con ganas de ser liberada. Ella dejó caer su tanga al suelo y pude ver su pequeño pene mejor de lo que lo había podido contemplar la primera vez. Todavía no podía creer aquella perfección de mujer con un pene que además estaba casi tan excitado como el mío. Se sentó encima de nuevo frotándonos carne con carne, pero no tardó en agarrar mi polla y dirigirla a su entrada que suavemente y con cortos vaivenes fue entrando cada vez más al fondo.

- Yulia, por favor, aquí nooo -un tipo grande y gordo acababa de entrar-, está bien, solo vengo por unos papeles -hablaba solo.

Salió rápido después de coger los papeles, pero no se cortó nada, como si no fuera la primera vez que le pasaba. Me dijo que era su tío entre jadeos, porque ella no dejó de follarse mi polla ni un instante. Yo estaba demasiado flipado esa noche como para que me afectara, pero empezaba a tener claro que cerca de ella mi vida ya no era normal. Entre lo que había tomado, lo que había ocurrido y las ganas que tenía de ella, todo me daba igual y este tren no iba a parar de cualuier forma.

Su culo era aceite puro engrasando bien rápido en esa postura. El culo me dolía de la silla, pero yo ya ...