Mi mejor amigo, mi padrastro comparte a mi madre conmigo (2)
Fecha: 06/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Josemanu1999, Fuente: CuentoRelatos
... embarazada de gemelas.
Durante dos meses no fui a trabajar por temas de cuarentena. Me entristecía profundamente no recibir ni los bonos ni las horas extra que me permitían distraerme en mi hobbie... pero eso me permitió acceder a esta parte de mi vida que se había convertido en ver a mi madre teniendo sexo con Caleb.
Salía todos los días de mi casa a las 8 para presentarme a mi trabajo de velador falso que le había dicho a mi madre que había conseguido. Sin falta Caleb llegaba a las 9, se metía a mi casa por la puerta de atrás y empezaba a satisfacer a mi madre. Yo abría con mucho cuidado la puerta y la dejaba entreabierta por si necesitaba escapar. Me bajaba los pantalones y me castigaba a mí mismo viéndolos follar.
Lo que más me sorprendía era lo sucios que se habían vuelto. Las primeras veces se mantuvieron bastante convencionales: misionero, perritos, mamadas, besos y sexo intenso pero común. Y entonces, más o menos pasado un mes desde que habían empezado su relación, llegué al segundo piso, me asomé por la puerta entreabierta y vi a Caleb en cuatro con el culo bien alzado, la lengua de mi madre entrando en su ano mientras ella masturbaba su venoso y desmesurado pene. Esa noche mi madre controló en su mayoría el acto e hizo que Caleb le lamiera el culo, le acariciara la entrada a su ano con su verga e incluso le dejó meterle un pequeño consolador que no sabía que ella tenía. Unas noches más tarde vi a mi madre ponerle el coño en la cara a Caleb hasta que alcanzó ...
... el orgasmo y cuando se retiró, la cara de mi amigo estaba cubierta por el propio semen que él había eyaculado en el interior de mi madre sólo para ver a mi madre limpiarle la cara a besos y lamidas.
A veces el sexo era más calmado, a veces más intenso y sucio, pero durante dos meses sólo descansaron seis días. Esos seis días que yo había tardado en "conseguir trabajo". Era realmente impresionante...
Y entonces llegó esa noche. Mi madre estaba boca abajo en la cama con el culo bien levantado, el horrible pene de Caleb estirando su pequeño, diminuto y hermoso ano rojito hasta hacerla gritar y retorcerse de dolor. Caleb la tenía bien sometida y a pesar de lo espasmódica y adolorida que mi madre estaba, él estaba dispuesto a follar ese ano sin consideración alguna. Terminó de hundir su miembro en el culo de mi madre y entonces empezó a moverse.
-¡No, para, espérate!
Mi madre le rogo con ojos llorosos y pegando con los puños cerrados en el colchón.
-Soy tu esposo, ¿no? Tú me hiciste papá y ahora yo soy el hombre de esta casa... obedéceme, amor.
Y estableciendo la dominancia más desconsiderada que me podría imaginar, empezó a mover sus caderas a pesar de los gritos de piedad de mi madre. Ella le pedía que parara, le decía que la estaba lastimando, que por favor se detuviera. Caleb la estaba lastimando de verdad. Mi pene estaba perdiendo al rigidez en mi mano. Podía soportar verlo follándola, satisfaciéndola, amándola y siendo amado por ella. Pero esto era abuso y ...