Diario de Marieta, me follé a mi papa sin saberlo
Fecha: 15/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: El insecto palo, Fuente: TodoRelatos
... puerta.
Caminé hacia él y mientras lo hacía vi que me miraba de arriba abajo con una mirada que solo podía significar “quien pudiera follarte”.
Nada más llegar a él se abalanzó sobre mí y me alzó en el aire, yo grité, vi como se metía en un callejón lateral donde había unos cubos de basura y me soltó de golpe sobre algo blando, era un colchón.
Yo me quedé estupefacta, sin decir nada, él me miraba con una excitación que le hacía resoplar, allí, solo con ver cómo me miraba supe que iba a metérmela por todos mis agujeros quisiera yo o no.
--Déjate o te mato—me dijo.
Yo titubeé. ¡Quería follarme! Sentía algo de miedo, pero sin duda era un hombretón y en cualquier otro lugar hubiera deseado follármelo.
--Vale—dije.
El tipo comenzó a desabrocharse el botón de los vaqueros, yo miré alrededor, si no gritaba mucho nadie podía descubriros, el lugar estaba especialmente ideado para follar a jovencitas incautas.
Cuando la polla salió me quedé alucinada, larga y gorda, era el mayor nardo que mis ojos había visto nunca.
--¡Me cago en todo, que polla!—exclamé.
El se desnudó por completo y yo me quité mis bragas, me miró con deseo y yo abrí las piernas para mostrare el coño, el cal a estaba palpitando de deseo otra vez.
--Vamos—le dije sin poder aguantar más—Fóllame, cabrón, dame ese pedazo de nardo.
Aquellas palabras parecieron excitarle, se tumbó sobre mí y me la metió de una vez y hasta el fondo.
--Hay—gemí.
Comenzó a penetrarme, sacudiéndome con ...
... violencia, y yo a gemir muerta de gusto, sentí un orgasmo que me recorría todo el cuerpo y como la cabeza de ese nardo llegaba hasta el fondo de mí ser.
La follada fue violenta y salvaje, el tipo me sacudía con sus empitonadas en ese colchón, como un animal excitado, yo gemía de un placer indescriptible, creía que iba a correrse dentro de mi coño cuando se separó y me alzó como si fuera de aire.
--No quiero disgustos—dijo—Así que voy a correrme en tu boquita de piñón.
Yo no dije nada, aunque ya me habían rellenado una otra vez como una puta allí dentro, y por supuesto había preparado una píldora antes de acudir allí aún sin saber si entraría, por si acaso, me pareció bien saborear otra corrida.
Su nardo era descomunal, arrodillada, lo cogí con la mano y mis dedos apenas podían rodearlo, estaba caliente y palpitaba, miré su punta, relucía, saqué mi lengua y la lamí profundamente, haciéndole gemir.
--Cométela, vamos—dijo.
Yo abrí la boca y me la metí, apenas me cabía, su sabor a carne y a mi coño me sedujo y comencé a bombear, arriba y abajo, esperando la inevitable corrida, el tipo procuraba no gemir muy alto para no ser descubierto, yo estaba en una nube, comiendo ese calipo de carne que era exclusivamente para mí.
--Te lo voy a dar todo, muñeca—escuché.
Yo le miré sin dejar de mamar y sentía como ese pollón se hinchaba, salió el precum y después la lefa, me llenó tanto la boca que se me hincharon los carrillos, tragué y lo sentí bajar, era delicioso, ...