Mar Sensual: Entre abogados me vea
Fecha: 22/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MarCaliente, Fuente: CuentoRelatos
... corriendo el riesgo de que viera más allá de donde no debiera ver, su tanga entreabierta de color rosa. En un momento, el abogado se incorpora y camina hacia mí, se sienta en la orilla de su escritorio. Mejor vista no podría tener, además de mostrarme impúdicamente el bulto que se le había formado en su pantalón. Posteriormente, se incorpora y camina entorno a mí y se detiene detrás de mi espalda. Sentí su mirada lasciva en sus piernas, me tomó de mis hombros y presionándolos un poco me dijo que no me preocupara, que todo se iba a arreglar pronto, que lo dejara todo en sus manos. Siguió apretando mis hombros, deslizando suavemente sus manos en ellos. Respondí, insinuante, que estaba agradecida y que contara conmigo para lo que se ofreciera, que me urgía resolver ese problema, por lo que le pedía todo su apoyo al respecto, que Osmar me lo había recomendado mucho y que estaba dispuesta hacer lo que se necesitara.
Él respondió que estaba bien, que era necesario volvernos a reunir para que le trajera los documentos completos y que ya no era menester regresar con Osmar, que ya habían establecido contacto y que sería más fácil hacerlo en forma directa. Me pidió regresar el viernes por la tarde-noche, era martes, para ello. Al decirme esto, pensé que el abogado quería algo más. Le respondo que con gusto estaría ahí. Le pregunté a qué hora y él le respondió que terminaría una junta a las 7 pm, por lo que a esa hora estaría bien, que así tendrían tiempo de revisar los documentos ...
... con calma, sin prisa. Aquí estaré puntual, asentí. Y oiga, interrogué, ¿cuáles serán sus honorarios? Masajeando mis hombros, me respondió que por el momento no me preocupara, que me iba a apoyar, que le había caído bien y que además era amiga de Osmar, que ya hablarían de ello para ver la “forma de pago”. Me incorporo, extiendo mi mano para agradecer las atenciones y cuando lo iba a soltar, el abogado me sujeta un poco y se acerca para despedirse con un beso en la mejilla, que más bien me lo dio muy cerca de la comisura de mis labios. Nerviosa, pero caliente, salí de la oficina en busca de Osmar, pero antes volteo hacía el lugar de donde había salido y vi al abogado como me observaba desde ahí. Seguramente se regodeó con mis nalgas y mis piernas.
Al voltear, casi choco con Osmar, quién ya se dirigía a la oficina en mi busca. Preguntó ¿cómo me había ido? le dije que bien. ¡Muy bien! Expresó, vámonos pues. Salimos del edificio y le menciono que me quedaba ahí, para tomar el metro. De ningún modo, me dijo, te doy un aventón. Dudosa, acepté y caminamos hacia el estacionamiento. Salimos y por la hora encontramos un poco de tráfico. Osmar aprovechó para poner su mano cerca de mi pierna, rozándola “descuidadamente”. Dejó su mano ahí y después con sus dedos comenzó a rozar y un poco después la puso sobre en ella. Le dije ¡qué tentón eres! Quita la mano de ahí, a lo que él me contesta: es que me dejaste caliente por lo que hicimos en el pasillo. Mira como está, me toma mi mano y la ...