MANOLO. Suegro, consuegro y padre - Relatos Eróticos

MANOLO. Suegro, consuegro y padre

... rondaba los treinta años, si los tenía. Llevaba dos años de casada y su matrimonio era un infierno, el marido alcohólico y porreta se desentendía de ella y de las responsabilidades como marido. Yo le había fiado alguna factura del taller y para compensarme ella quiso pagarme con sexo. Un día me encontró calentorro y le di un par de revolcones en la oficina del taller. Mi sorpresa fue de cómo se encaprichó y enganchó a mí. A Dolores la tenía completamente entregada y enamorada. Me había hecho mil y una proposiciones de relación, pero yo fiel a mi decisión de no tener pareja estable las había declinado todas.

Se presentaron en la piscina mi hijo y su novia a darse un baño, les dije que si se quedaban había barbacoa para todos. Pilar se entusiasmó, más que Jaime, y se apuntó enseguida.

Pilar tenía algo especial, no era una muchacha llamativa, podía pasar desapercibida en cualquier lugar, pero al verla bien, ahí tumbada tomando el sol, tenía un punto erótico que me puso caliente. Tengo que decir que su mirada al verme a mí en bañador no fue discreta. Yo al notar como se fijaba en mi paquete, más morbo me dio y la polla se me puso un poco morcillona.

Llegó Dolores, mi ligue del día, se la presenté a todos, pude fijarme que Pilar se la miraba un poco celosa, aunque para disimularlo, se hacía la super simpática con ella.

Dolores y yo nos fuimos a dar un baño a la piscina, dentro jugábamos a tirarnos agua, a hundirnos, yo la cogía y lanzaba lejos, le agarraba el coño y ...

... las tetas y la levantaba como Hércules, y luego le hacía tragar agua. Así estábamos divirtiéndonos cuando me fijé en la cara de tristeza de mi nuera, tumbada en la tumbona. Miré y mi hijo estaba medio dormido con unos auriculares en los oídos a su bola.

Me dio pena verla así y la llamé.

- Pilar, ven al agua con nosotros, venga

- ¿Jaime vienes? – Le preguntó ella a mi hijo. No obtuvo respuesta.

- Va, Pilar, vente, déjalo con sus rollos, ven a jugar

- Voy Manolo.

Mi nuera vino tan entusiasmada a la piscina que nada más entrar la agarre por la cintura y la levanté con los brazos en alto. La lancé lejos dentro del agua hacia donde estaba Dolores. Nadé hacia ambas y antes de que mi nuera cogiera postura buceé entre sus piernas y la levanté sobre mis hombros. Tenía su chichi en mi nuca.

Ella se reía, yo me reía y Dolores también. La baje despacio de cara a mí, hice deslizar su coño por mi pecho, por mi abdomen, hasta que encontró a mi polla tiesa como una garrota que casi atraviesa la ropa de los dos bañadores. Fue solo un instante, pero con este contacto vi cómo se le erizó la piel, y no era por el frio del agua. Dolores vino hacia nosotros a recuperar protagonismo y se agarró a mi cuello, los tres nos hundimos en el agua y al aflorar otra vez nos partimos el culo de risa. Pilar estaba feliz, yo, era la primera vez que la veía tan feliz.

Me atreví a agarrar a mi nuera por la cintura y pegarle mi polla a su culo, a la vez para el disimulo, la hundía bajo el ...