1. Padre soltero


    Fecha: 25/06/2025, Categorías: Hetero Sexo con Maduras Autor: Unrelatistamas, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pregunté a Lucía si esto lo sabía alguien más, a lo cual me dijo que el día anterior le habían contado a su profesor de matemáticas. Se que en ese momento debía haber llamado a la policía, pero quería primero hablar con el profesor, para ponernos de acuerdo y juntar evidencias para encarcelar a Agustín.
    
    Por este motivo al día siguiente me tomé el día libre y fui a hablar con el profesor de matemáticas. Para mi sorpresa Agustín se me había adelantado, ya que a la hora que llegué a la escuela, este ya se encontraba hablando con el profesor en un aula vacía. Cuando me uní a la conversación, ambos me saludaron cordialmente, e incluso Agustín se levantó de su asiento para estrechar mi mano. Tras hacer algo de plática amistosa, Agustín fue directo al punto.
    
    Agustín. – Ya me dijo Helena que les dijo sobre nuestras actividades. No les voy a negar nada.
    
    Al momento de escuchar esto, tanto el profesor de matemáticas, como yo respondimos al unísono con groserías. – ¡Eres un maldito violador! ¿Cómo pudiste hacerlo eso a tu propia hija? ¡maldito hijo de puta!
    
    Agustín. – Tranquilos caballeros, yo no vengo a ofenderlos, de hecho, quiero que me escuchen, ya que vengo a proponerles que ambos tengan sexo con mi hija, como muestra de buena fe, y para evitar que este asunto se haga más grande de lo necesario.
    
    Yo. – ¿Qué acabas de decir? ¿Estas loco o que te pasa?
    
    Profesor. – ¡Me das asco maldito pervertido, ten por seguro que te vas a pudrir en la cárcel! ¡Ahora lárgate de ...
    ... aquí antes de que saque a patadas!
    
    Después de eso Agustín se levantó con una sonrisa en su boca y nos dijo. – Piénsenlo caballeros, y no hagan algo de lo que se puedan arrepentir.
    
    En cuanto Agustín se fue, el profesor y yo discutimos durante un buen rato sobre nuestro plan a seguir. El cual se puede resumir en que esperaríamos un par de días, en los cuales vigilaríamos a Helena. Unos días después le pregunté a mi hija si había notado alguna diferencia en la actitud de Helena, para mi sorpresa, Lucía me dijo que su profesor había ido a visitar el departamento de Agustín varias veces, y que justo en ese momento el se encontraba en allí.
    
    Yo salí casi corriendo de mi departamento rumbo al de Agustín, y justo cuando estaba llegando vi como salía el profesor de aquel hogar, con una gran sonrisa en la cara, mientras que se acomodaba los pantalones. En cuanto el profesor me vio, se le borró la sonrisa, mantuvo un poco el contacto visual, y después pasó a mi lado sin decir nada. Por su parte Agustín se encontraba en su puerta viendo toda la escena, cuando me le acerqué para preguntarle sobre porque había estado yendo el profesor, él me dijo:
    
    Agustín. – Al final él decidió venir, supongo que estar rodeado de tanto niño y no poder tocarlo lo volvía loco, y al final cayo en la tentación – Momento en el que soltó una gran risa, para luego decirme con la mano. – Ven, entra, justo acaban de terminar, solo dame unos minutos para prepararla.
    
    Yo. – No vine para eso.
    
    Agustín. – ...
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