1. Padre soltero


    Fecha: 25/06/2025, Categorías: Hetero Sexo con Maduras Autor: Unrelatistamas, Fuente: SexoSinTabues30

    ... ¿Entonces para que viniste?
    
    Yo no contesté, solo me le quedé viendo incrédulo.
    
    Agustín. – No te preocupes porque ella vaya a decir algo, la he entrenado bien para que mantenga callada su boca. Pero no creas que la sigo disciplinando, eso ya se acabó, ya que es malo para el negoció que este llena de moretes.
    
    Antes de que pudiera decir nada, se puso detrás de mí, me tomó por los hombros y me dirigió al interior de su departamento, durante el camino me dijo que la primera vez sería gratis, pero que las siguientes sesiones tendrían el costo de 1500 pesos. Justo cuando terminó de decir esto, llegamos a una habitación, en donde estaba Helena cubierta por una simple camisa.
    
    Agustín. – Helena, te tengo un nuevo cliente, trátalo bien -. Después se dirigió a mí y me dijo. – Disfruta.
    
    En cuanto cerró la puerta, volteé a ver a Helena y mi primer impulso fue irme, por lo que le dije a la niña.
    
    Yo. – Me voy.
    
    Helena con ojos vidriosos me dijo. – ¡No por favor! Se va a enojar mucho si te vas. Prometo hacer lo que tu quieras, pero por favor no te vayas -. Acto seguido se levantó del piso y me abrazó.
    
    En ese momento mi mente dejo de carburar, el sentir su calor abrazándome me volvió loco, y más considerando que ya llevaba un par de meses sin contacto femenino. Mi primer impulso fue abrazarla, la tomé por su cadera, momento en que su camisa se levantó, dejándome ver aquellas hermosas nalgas redondas y bien formadas, las cuales sin mayor dilación comencé a manosear, ...
    ... momento en que sentí que Helena se retorcía un poco.
    
    Ya completamente comencé a separa sus nalgas, con el fin de ver su ano y su vagina, esta última seguía húmeda de su sesión con el profesor. Como un obseso comencé a frotar su clítoris, a la par que metía mi dedo índice en su vagina. Ella al sentir como mis dedos comenzó a retorcerse a la par que soltaba un hermoso gemido.
    
    Yo. – Sigues húmeda por tu sesión con el profesor. Que rico gimes, como toda una adulta, a pesar de que solo tienes ocho años.
    
    Helena no me contesto, siguió absorta tratando de no retorcerse tanto, mientras que yo ya empezaba a besarla en su boca y cuello, a la par que con mi mano disponible toqueteaba el insipiente pecho infantil debajo de la camisa, la cual despojaría no mucho después.
    
    Después de un rato de toqueteos y besos, me quité mi pantalón y mi ropa interior, dejando libre mi verga. Antes de que Helena pudiera decir nada, la agarré con sumo cuidado, la acosté bocarriba, le abrí las piernas, y dirigí mis caderas hacía las suyas, empezando a frotar mi glande por su clítoris y entrada vaginal.
    
    El sentir aquel calor emanando de su vagina, y lo húmeda que estaba no me pude resistir y metí mi pene de un solo golpe. Si bien Helena hizo una cara de dolor en un inicio, a los pocos segundos cambió a una cara de desconcierto. Yo que estaba super excitado comencé a bombearla sin realmente considerar si lo estaba disfrutando o no. Mientras la penetraba acariciaba sus pechos y pellizcaba sus pezones ...
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